miércoles, 7 de marzo de 2012

Capitulo 13.


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A la mañana siguiente me desperté con frío, ilusionada, pero con frío. En seguida me duché y me vestí. Esperé a Margarita y a Araceli desayunamos y nos fuimos hacia el instituto. Araceli se fue a clase y Margarita y yo hablamos con el director, jefa de estudios, y profesores… No tardamos más de una hora en hablar y arreglarlo todo. Un profesor del departamento de idiomas, me enseñaba todo el instituto y me presentaba a los profesores y alumnos destacados, también me hacia de traductor. Nos dirigimos a la biblioteca donde me dieron todos los libros de texto y los de lectura obligatoria. Al día siguiente sería mi primer día de clase. Margarita y yo nos fuimos de compras, me compró botas de nieve, botas normales, guantes, bufandas, gorros, orejeras, calcetines… Los siguientes días fueron muy duros, pero poco a poco me iba acostumbrando. Tuve que ir traduciéndolo todo durante las primeras semanas, hasta que lo entendía todo a la perfección. Lo hablaba, lo entendía y me encantaba estar integrada. Poco a poco me integraba y fui conociendo a mis compañeros. Me ice muy intima de Araceli y de su amiga Alexis, juntas habíamos echo una rutina. Íbamos al instituto, flamenco los martes, y jueves, clases de guitarra los lunes, tarde de estudios, y algún que otro viernes íbamos de compras o salíamos por ahí con amigos. Nos gustaba ir al cine, y tomar algo caliente o ir a patinar sobre hielo y jugar con la nieve.
---------------------------- Tres meses más tarde -----------------------------
Era un día triste, había estado lloviendo todo el día, no tenia nada que hacer ya que Araceli y Alexis estaban estudiando español y yo casi que es me lo sabía… Me fui a dar una vuelta. Se me rompió el paraguas de la lluvia y el viento que hacía. Si no quería llegar empapada a casa debía comprarme otro. Entré en el centro comercial donde me compré el paraguas, pasé por el cine y vi en el cartel “Love Actually”. Aunque sea una película un tanto antigua la estaban pasando como un estreno, yo nunca la había visto aunque mis padres me habían prometido verla en un típico domingo familiar. Entré al cine con un cubo de palomitas, una bolsa de chucherías y gran gran botella de agua. Me senté en la última fila y comenzó la película. Creía que estaba sola en la sala, pero me di cuenta de que no era así cuando en la canción de los créditos del principio unas voces maravillosas cantaban al son de la película. No sé exactamente cuantas voces eran, pero al oírlas me levanté y las busqué por toda la sala. No tardé en encontrarlas, ya que eran muy potentes, me senté al lado de alguno de ellos, al no saber quién era me presenté y comenzamos a hablar. Si hubiera sabido quienes eran me hubiera puesto roja como un tomate. Me pasé el resto de la película sentada a su lado, eran muy divertidos. Menos mal que no me vieron la cara cuando intercambiamos números de teléfono y nos pasamos el WhatsApp, estaba muy ilusionada y realmente feliz, pero también estaba nerviosa y un poco avergonzada. Dentro de poco se acabaría la película y se encenderían las luces, ¿y si me veían la cara y se decepcionaban? ¿Que pasaría entonces? Eran muy simpáticos y me gustaría conocerlos mejor
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Terminó la película y se encendieron las luces. Me levanté enseguida y me di la vuelta, aun estaba roja como un tomate de la vergüenza y no quería que fueran los que fueran me vieran así. Se escuchó como se abrían las puertas y como ellos se levantaban. Salí rápido de la sala, no quería que me vieran así y además tenía que ir al servicio.
+Pequeña, ¿donde vas tan deprisa?
-Tengo que ir al servicio, no es raro después de haberme bebido dos litro de agua ¿no?
+ No, te esperaremos en la puerta. Nos gustaría presentarnos, y verte la cara pequeña.
-Por supuesto, ahora nos vemos.
No me lo podía creer aquellos chicos me quería conocer tanto como yo a ellos. Fui al servicio, y al verme en el espejo me refresqué la cara. Estaba muy roja, y más que lo estaría al conocerlos, me arregle un poco el pelo, me pinté la raya. Salí del servicio y allí estaban ellos de espaldas con miles de chicas a su alrededor. Me quedé esperando pacientemente, a que me vieran y me pudiera presentar. ¿Quienes serían? ¿Por qué querrían conocerme? Tenía mucha suerte y no me lo podía creer. Tardaron casi media hora en percatarse que los estaba esperando sentada en el suelo. Se pusieron unas gafas de sol, la chaqueta, las gorras y vinieron hacia mí.
+Hola pequeña. Te apetece salir donde haya menos gente?
-Hola… a todos. Claro, pero donde quieres ir? Hay gente por todos sitios.
+Salgamos a la calle, seguro que no hay mucha gente fuera de casa con el frío que hace.
-Eso seguro, pero esta lloviendo a mares. Y hace frío, mucho frío.
+ Bueno pues… Me lo estas poniendo difícil! Te llevaremos a un lugar solitario, donde no haga frío.
-Debería irme a casa…
+Tranquila pequeña, que no somos violadores, somos cinco chicos normales y corrientes.
Me cogieron de la mano y me llevaron al servicio. Se sacaron las capuchas, las gafas y las chaquetas. Dios no me lo podía creer, tenía delante a One Direction.
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