martes, 18 de junio de 2013

Capítulo 60.


¿Porqué? ¿Porqué a mí? ¿Porqué después de una noche maravillosa? ¿Porqué antes de irme a vivr con Jacob? Miles de preguntas me rondaban la cabeza, y para ninguna de ellas tenía respuesta, salvo para una en concreto. Aún sentía algo por él. Por muy débil que fuera ese sentimiento, lo que sentí en el pasado fue muy fuerte, y el corazón no olvida un recuerdo así en tan sólo tres años.
Jacob seguía de pie, delante mía, pero yo solo podía ver a Harry, lejos. Yo aún estaba en estado de shock cuando Jacob apretó sus labios contra los míos, aquello, él, sus besos, me hicieron volver a mi noche maravillosa. 
+ Jacob: Sea quién sea ese chaval, dejalo estar. Estás conmigo, vas a conocer a la mujer que va hacer posible irnos a vivir juntos, y como si no tuviera suficiente suerte, mi novia es la mejor bailarina de todo el país.
Sonreí por sus comentarios, cogiéndole la mano para agradecérselo, y apretándosela para indicarnos que nos marcharamos. El cogió la indirecta, e hizo lo que yo más necesitaba, darle la espalda a mi pasado. 
Necesitaba aire fresco, salir a la calle y ver las luces de Londres, necesitaba estar sola un par de horas, pero no era el momento. Coloqué una de las sonrisas que solo un artista sabe fingir, y salimos. Los hermanos nos esperaban, charlando con Elisabeth, la que me recibió con los brazos abiertos. Me abrazó, cariñosamente, y me dió un ramito de rosas. 
+ Elisabeth: Has estado estupenda. Lo mejor de toda la noche
- Giovanna: Ojalá todo el mundo pensara igual que tu
+ Nathalie: Muchos ya lo hacen
Me sentí agradecida por todo el apoyo, y recordé por qué había regresado. Londres siempre será una ciudad especial, o por lo menos lo siempre lo será para mí. 
Elisabeth nos iba comentando lo que le había parecido el espectáculo, y como lo habíamos hecho, sin quitarle protagonismo a su "nieto-sobrino", el mejor de los directores de efectos especiales. Fuimos a un restaurante muy conocido, ya que tenía un horario bastante flexible. Entramos y había un metre esperandonos, para guiarnos a nuestra mesa. Nos sentamos y nos trajeron la carta en un pestañeo. Todos estábamos bastante hambriemtos, con lo que no le dimos mucha vuelta sobre que pedir. En cuanto pedimos, nos trajeron vino, y seguimos charlando. La cena no tardó en llegar, y tardó menos en ser comida. En menos de cuarenta minutos, ya habíamos terminado de comer, no sin antes hacer un brindis. 'Por más noches como esta' dijo Viktor alzando la copa de vino. 
Una vez en casa, me duché y me acosté. Estaba más que cansada. Jacob no tardó en acostarse, y en menos de cinco minutos, se había dormido. Nosotros éramos los que más habíamos tardado en irse a dormir, con lo que la casa estaba en completo silencio, y no había ninguna luz encendida. Aunque lo que más deseaba en ese momento era dormirme, ya que mi cuerpo lo pedía, mi mente no le daba el gusto. Le seguía dando vueltas a la aparición de Harry. A los sentimientos despertados al verle, y lo más importante, la sensación, de volver a verle, de volver a estar a su lado, y esas irresistibles ganas de enlazar mis manos por su cuello, pero el recuerdo del dolor, y de la soledad, eran los más fuertes, permitiendome no pasarme de la raya. En ninguno de los dos casos. Un sentimiento contrarestaba el otro. No podía soportarlo más, necesitaba hablar con alguien, pero no con cualquier alguien, si no con alguien que me entendriera, que supiera como me siento, que pudiera darme el otro punto de vista, la otra historia contada, ya que la mía no lo había sido. Y sabía perfectamente quien era esa persona. 

Eran las tres de la mañana, y yo lo sabía, pero aún así no dudé un segundo en tocar al timbre. Oí como alguien se acercaba a la puerta y la abría. Se quedó quieto cuando me vió, pero no dudó en sonreirme.
- Giovanna: Liam, siento despertarte a esta hora, necesitaba verte.
Abrí un poco más la puerta y pasé como si se tratara de mi propia casa, se ve que no le molestó, ya que no me dijo nada, porque es lo que solía hacer tres años atrás. Me encaminé hacia la vitrina, donde se encontraban los vasos y las bebidas alcoholicas. Cogí un vaso, el ron, y me serví. Me senté en el sofá y Liam no tardó en sentarse a mi lado. 
- Giovanna: Perdón. 
+ Liam: ¿Porqué?
- Giovanna: Principalmente por despertarte a las tres de la mañana, entrar como si fuera mi casa, beberme tu ron y sobre todo, por irme. 
+ Liam: No tienes que disculparte por nada. Pero quizá pordrías haber venido por la mañana...
- Giovanna: En serio, siento haberte despertado, pero necesitaba hablar con alguien, y tu fuiste la primera persona que se me vino a la cabeza. Necesito hablar con alguien.
+ Liam: ¿Sobre qué?
Le pegué un buen trago al Ron, cuando este pasó por mi garganta me quemó, pero era reconfortante. Le miré directamente y lo solté.
- Giovanna: Sobre ... -Dudaba que el pudiera ayudarme, pero debía preguntarle a alguien, y si Liam fue el primer nombre que se me ocurrió, debía ser por algo- Harry. 
+ Liam: No sé porqué tenía la sensación de que en algún momento tendría que tener esta charla con alguno de los dos. Nunca pensé que sería a las tres de la mañana
- Giovanna: ¿No has hablado con Harry sobre esto? El te lo contaba todo.
+ Liam: Exacto. Contaba, pasado. - Sus ojos miraron los míos, y al ver curiosidad e incredulidad en ellos, siguó hablando- ¿No lo sabes, no es verdad? -Negé con la cabeza- Harry, casi... deja la banda. Cuando tu te marchaste, al principio no se veía afectado, pero cuando de verdad se dió cuenta de que tu ya no estabas, se pasaba. Se pasaba mucho en todo. Se iba todos los días de fiesta, y cada dos por tres estaba borracho, se acostaba con diferentes mujeres todas las noches, y era a nosotros a quién les tocaba despacharlas. Gracias a ti, se canceló un tour por el país. 
- Giovanna: Así que fui yo la que rompió miles de esperanzas de veros en directo. Muchas gracias por tu apoyo Liam. 
+ Liam: Gi. Vamos a ser sinceros. Tu estás aquí por que necesitas saber la verdad, y es la que te estoy contando. Necesitas ver la realidad de las cosas, no marcharte como lo hiciste.
- Giovanna: Ya sé que no debería haberme ido, pero en ese momento me pareció la mejor opción. 
+ Liam: Y la fue. No te voy a decir que estuvimos mejor sin ti, porqué no es verdad. Las primeras semanas fueron difíciles, pero gracias a eso las cosas mejoraron, o por lo menos, volvieron a estar como antes.
- Giovanna: Antes eras un poco más delicado.
+ Liam: Antes las cosas eran distintas. 
- Giovanna: Liam, me haces sentir mal, fatal. Lo siento, y de verdad que no sabes cuanto, nunca quise hacerle daño a nadie, ni siquiera a él, pero él me lo estaba haciendo a mi, sin darse cuenta de que me rompía por dentro, y nadie se daba cuenta de nada, no podía estar así durante más tiempo, no despúes de tres años. He venido aquí a que me cuentes la verdad, y me da igual como sea, no quiero que me la pintes de rosa, porqué sé que la vida puede ser jodida, quiero, necesito que seas completamente sincero. 
+ Liam: Si me lo pides, lo seré.
- Giovanna: Bien, empieza.
El tiempo pasaba y ninguno de los dos se daba cuenta, hablábamos, hablábamos y seguíamos hablando. Me contó como Harry se dió cuenta de mi ida, y como se la tomó. Cual fue su causa, y cuales sus consecuencias. Como se recupero, y como siguió adelante. Como todo el mundo siguió adelante sin mí. Para no mentir, me dolió que nadie se preocupara por mí, que nadie me buscara, pero todos sabíamos que lo mejor era dejarlo estar. Me llegó el turno, y le conté la historia. Como me había sentido durante tres años, como había estado esperando por él, como le mentía a todo el mundo, como solo me veía por interés.
- Giovanna: ¿Sabes que cuando nos íbamos de fiesta, siempre terminabamos acostandonos? Para eso era para lo que me usaba. Era su 'sexo seguro'
Le seguí contando cosas, y con cada cosa, se sorprendía durante un segundo, y con cada cosa, entendía más mi ida. Ni siquiera me bebí el ron que quedaba en el vaso, ya que en realidad, nunca me gustó beber. Las cosas de las que hablabamos, cada vez estaban más lejos de la razón principal de mi visita, pero en cierto modo, eso me alegraba, eso me insinuaba que ya podía reducir ese peso, y cargarlo en mis hombros hasta el momento de soltarlo y dejarlo ir. 

                           ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Aún no tenía llaves de nuestra nueva casa, con lo que tuve que tocar al timbre. Se escucharon unos rápidos pasos, y también una rápida bajada de escaleras. Me abrieron la puerta, y yo entré, esta vez, en mi casa. 
+ Jacob: Buenos días. -Me robó un beso, y me siguió por la cocina del primer piso, arrastrando los pantalones- ¿Donde estabas?
- Giovanna: ¿No tienes frío Jake? 
+ Jacob: No. ¿Porqué lo dices? 
- Giovanna: Pues porque yo vengo de la panadería, y tengo un frío alucinante. 
+ Jacob: Se nota que no eres rusa.
- Giovanna: Ni me lo digas, que tampoco echo en falta el tiempo allí. 
Jacob se encontraba con el torso destapado, y yo, poniendo la mesa y preparando café. Al escuchar mis quejas por la temperatura, me abrazó. 
- Giovanna: Como es posible que tu estés tan calentito y yo tan fría. 
+ Jacob: Eso da igual, porqué no creo que tengas frío por mucho más tiempo. 
Empezó a quitarme los abrigos, los zapatos, la camiseta, me revolvía el pelo mientras me besaba, y me sentó en la encimera de la cocina. Nos besábamos muy fuerte, muy rápido, con ganas de más. Se escucharon unos vagos pasos en el piso superior, y luego otros, muchos más fuertes y pesados. De repente, Nathalie y su hermano se pusieron a gritar se en ruso, idioma que yo no manejaba demasiado, aún habiendo vivido allí. Siempre me manejé con inglés. 
- Giovanna: Jaco... ah. Ahí no. -Aparté su cabeza de mi cuello, e hice que me mirara a los ojos- Vamos a despertar a Elisabeth.
+ Jacob: Bueno, entonces subamos a nuestra habitación. 
Me sonrió pícaramente y nos besamos rápidamente antes de bajarme de la encimera, coger nuestras cosas y subir las escaleras lo más rápido y sigilosamente posible. En cuanto llegamos al tercer piso, dejamos caer las cosas, mientras yo, enlazada a él por mis piernas, hacía que el perdiera el control y tuviera más ganas de mí. Llegamos a la puerta de nuestra habitación y ni siquiera fuimos capaces de llegar a la cama, estábamos sedientos el uno del otro, nos queríamos, y nos queríamos ya.

Bajamos las escaleras riéndonos, y cogidos de la mano. Nos dirigimos a la cocina y nos encontramos a el resto de la familia desayunando.
+ Elisabeth: Buenos días chicos ¿Teneis hambre?
+ Jacob: Ya lo creo que sí.
+ Nathalie: Gracias por comprar todo esto en la panadería Gi, está muy rico.
- Giovanna: Me alegro que te guste
+ Viktor: Lo que yo sé que os gusta a los dos es el sexo matutino.
- Giovanna: ¡VIKTOR!
+ Viktor: ¿Qué? ¡Ni que fuera un secreto que os acostáis!
+ Elisabeth: No te аvergüenzas querida. 
- Giovanna: Dios mío, sí. Sí que me averguezo, ¡no quiero que tengas una mala impresión sobre mí!
+ Elisabeth: No tienes porqué preocuparte, ayer ya me llevé todas las impresiones posibles mientras bailabas, y creerme que nunca he tenido mejores impresiones que contigo. Además es algo natural, yo también lo hacía a tu edad. 
Supongo que mi cara fue todo un poema, ya que todos estallaron en carcajadas.
+ Jacob: Venga, chicos, ya, ya pasó -Dijo entre risas- Va. Para cambiar de tema ¿Porqué discutíais esta mañana? 
+ Nathalie: Ya sabes, cosas de hermanos.
- Giovanna: ¿Y teníais que solucionar esas cosas de hermanos a grito pelao' en ruso?
+ Viktor: Si no lo hacíamos, no íbamos a estrenar la casa jamás. Vosotros habéis estrenado la casa de una forma, yo de otra.
- Giovanna: Gracias. ¿Podrías hacer el favor de jamás volver a mencionar mi vida sexual? Te estaría muy agradecida. 
+ Viktor: Claro, todo sea por una hermana.
Volvimos a reírnos y seguimos desayunando.
Pasaron horas, comimos, salimos a pasear con Elisabeth, fuimos al muelle, y preguntamos por nuestro contenedor, volvimos a casa, hicimos un par de compras, y así todo el día, de arriba para abajo, haciendo cosas para la casa. Esa misma tarde nos llamó la empresa de transportes, y nos dijeron que nuestro contenedor llegaría esa misma semana. Todos nos alegramos de saber que nuestras cosas llegarian pronto.

 ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Tocamos a la puerta y se escucharon unos ladridos y arañazos en la puerta, y no mucho despúes, la voz de mi mejor amiga, riñendo al cachorro. Abrió la puerta y se quedó asombrada. Se quedó quita en el portal de su casa, y luego se puso a gritar.
+ Belén: ¡Ah! ¡Estás aquí! ¡Ah! ¡Como te he echado de menos! ¡Ven aquí y abrazame!
Me giré, dejé las cosas en el portal de la casa, y la abracé muy fuerte
- Giovanna: Dios, como te he echado de menos, en serio.
Podríamos haber seguido abrazadas durante varias horas si no llega a ser por la presencia de dos hombres y una cachorro que reclamaba el amor de su dueña
+ Belén: Pasad, pasad
- Giovana: Gracias
Le sonreí feliz, y pasamos. Era una casa bastante amplia, pensada para tener hijos, ya que tenía espacios diseñados especialmente para ello. Desde el salón se olía un bizcocho recién hecho o terminando de cocer. Intercambiamos miradas, y las dos nos levantamos, cada una cogió algo de lo que Jacob y yo habíamos traido y lo llevamos a la cocina. Entramos y automáticamente cerramos la puerta, creando una burbuja perfecta de la que dificilmente querríamos salir. Teníamos que ponernos al día de muchísimas cosas, y tal y como las dos sabíamos, pasaron horas mientras hablabamos y servíamos la comida, salimos dos veces para preguntarles a nuestras respectivas parejas un par de cosas, y ya que estábamos, les llevabámos algo de picar, ansiosas de volver a nuestra burbuja. Estaban los dos muy entretenidos jugando a la play. Dios. Teníamos entre 27 y 30 años, y aún seguían jugando a la play como adolescentes. Mientras tanto, nosotras nos fuimos a comprar los últimos ingredientes, y cocinamos el postre. Hablamos, le dimos los últimos retoques a todo, hablamos, le dimos el calentón final a la comida, hablamos, pusimos la mesa, nos sentamos, comimos y seguimos hablando.
Una vez todo comido y recogido, nosotras lavamos los platos, y nuestros acompañantes fueron a alquilar una película.
- Giovanna: Y dime... ¿Desde hace cuanto vivís juntos? ¿Como pasó? No sé... cuentame como has terminado con el amor de tu adolescencia.
+ Belén: Vivimos juntos desde hace ya un año largo. ¿Como pasó? Pasó muy rápido. Te fuiste, y me puse triste, porque nadie sabía exactamente porqué te marchaste tan repentinamente, el fue el que más me apoyó de todos, porque era el único que sabía como realmente me sentía, ya que se lo contaba todo. Tu ida nos unió mucho, tanto amistosamente como amorosamente, ya que los dos nos dimos cuenta de que por cierta cadena de hechos, puede pasar algo que gire totalmente el sentido de las cosas, con lo que simplemente, nos lanzamos, lo hicimos, empezamos a salir, una cosa llevó a la otra, y antes de que me diera cuenta ya conocía a toda su familia, el a la mía... Sí, viajamos a España, y ellos también han viajado aquí. Y bueno, nos fuimos a vivir juntos. Y creéme cuando te digo que a sido una de las mejores decisiones que he tomado a lo largo de mucho tiempo. No sé, sinceramente, no tengo ni idea, solo... pasó.
- Giovanna: ¡Me alegro muchísimo! -La abrazo- Vale, ahora es cuando yo voy y arruino el momento este tan bonito. ¿Estás... embarazada?
+ Belén: ¿Qué? ¡No!
- Giovanna: Aún
+ Belén: Exactamente, aún. Lo estamos buscando
- Giovanna: ¿Estás segura de que quieres hacer eso? ¿Tener un hijo? Es un gran paso, y veo que vas con todas las intenciones del mundo -Digo señalando todos los pequeños detalles que harían pensar a cualquier persona que en esta casa habita un niño pequeño-
+ Belén: Sí. Estoy totalmente segura. Lo quiero. Tengo casi 30 años, creo que es un paso que debo dar. Además, Zayn ya tiene 33, debemos hacerlo ya.
- Giovanna: Estoy de acuerdo contigo, y quiero que sepas que aunque haya estado fuera durante una temporada no significa que tenga menos confianza en ti, y espero que tu tengas la misma confianza depositada en mi que hace cuatro años.
+ Belén: Por eso no te preocupes, podrían haber pasado 20 y seguiría teniendo la misma fe y confianza en ti.
Nos abrazamos por última vez y seguimos hablando.
+ Belén: Ahora me toca a mi preguntar. ¿Que tal Jacob? Parece buen muchacho ¿Como os conocisteis? ¿Cuanto llevais saliendo?
- Giovanna: ¿Jacob? Muy bien supongo. Nos conocimos en la academ... companía. Un día salí tarde de un ensayo, e iba bastante distraída, ya que eran mis primeras semanas, y cuando llegé estaban preparando uns festival, con lo que debía aprenderlo todo. Como iba distraída, no me fijé en los cables que habían por el suelo, y tropecé con uno. Me caí al suelo, y escuché como alguien decía algo desde arriba. Me levanté, cogí mis cosas y me marché, al día siguiente volví a pasar por ese mismo lugar, pero ahora el estaba esperandome, yo no lo había visto nunca, pero era bastante guapo. Me tocó un hombro y me pidió perdón, me dijo que había sido su culpa, que el era el responsable de los cables con los que me había tropezado y que tendría que haberlos dejado bien, también me preguntó si estaba bien, y yo le sonreí como respuesta. Me invitó a una copa cuando terminara el ensayo, ya que los dos solíamos salir tarde, acepté, no sé muy bien porqué, pero no me arrepiento. Bueno, así nos conocimos. Solíamos quedar, y el me ayudaba con varias cosas de ballet, porqué el también tuvo una educación artística, pero se interesó más por los efectos de escena que por salir en ella. Iba a visitarle cada vez que tenía un rato libre, y comíamos en los pasillos colgantes que hay sobre los escenarios, viendo los ensayos de otros bailarines, e imaginándonos como habían llegado hasta aquí. Así pasabamos los días, hasta que al fin dimos el paso y empezamos a salir. Llevamos saliendo... tres años largos, y la mudanza aquí ha echo que nos vayamos a vivir juntos.
+ Belén: Me alegro mucho de que estés feliz con alguien, porque después de todo lo que pasó con Harry...
Me estremecí durante un minuto.
+ Belén: Lo siento.
- Giovanna: No pasa nada, solo es que... aunque parezca mentira, aún no lo he asimilado del todo, solo necesito estar bien
+ Belén: Te lo mereces.
- Giovanna: Gracias
Íbamos a volver a abrazarnos cuando el pomo de la puerta giró y Zayn y Jacob entraron por la puerta, con una bolsa cada uno. Nos saludaron, y siguieron hacia el salón, nosotras les seguimos. Dejaron las cosas sobre el sofá, y mientras Zayn hacía dos bolsas de palomitas, Belén y yo elegíamos película. Coincidimos. Película de ciencia ficción. Una vez hechas las palomitas, apagamos las luces, pusimos la película y nos sentamos a verla, cada una con su novio, acurrucadas en las esquinas del sofá.

 ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Que dos semanas tan ajetreadas iba a tener. La boda de Valeria, a la semana la boda de Belén, y dos meses después la mía.
Yo era dama de honor en las dos bodas, con lo que iba con los preparativos para arriba y para abajo, y también preocupada por los míos propios.
Valeria había hecho un gesto muy bonito quedándose una semana aquí para la boda de Belén, así podrían irse cada una a su luna de miel sin compromiso pendiente alguno. Las tres nos ayudábamos entre nosotras.
Un día las flores, los manteles y los adornos; al día siguiente, el menú, la tarta y la lista de invitados; y por último, la música y la disposición de las mesas. Tardamos lo nuestro en prepararlo todo, pero gracias al cielo, tuvimos bastante ayuda. Amigas de Valeria y Belén, viejos amigos míos como Ryan y Marina. Nathalie y Víktor. Danielle y Liam, Eleanor y Louis, Niall y Harry. Y por supuesto, mis amigas de la adolescencia Alejandra, Paloma y Lucía. Todos ayudaron, y gracias a ellos, para cada una de nosotras, fue el día más especial de nuestra vida.
Valeria quedó embarazada de gemelas, enterandonos nosotras, el día de su regreso de su luna de miel.
Belén no tardó mucho en confirmarme lo que yo sospechaba. Estaba embarazada. Quedó en estado un año después de su boda.
Valeria, Alexander y yo montamos un estudio privado de baile.
Belén se dedicó a criar a su hijo y a su perrita, dándole clases de español a Luke, Isabella y Olivia.
Por pésima suerte, dos años después de mi boda, tuvimos que asistir al funeral de Elisabeth.
De vez en cuando nos reuniamos todos para irnos de viaje un fin de semana largo, o simplemente, salíamos todos juntos como años antes lo habíamos hecho, dandole así la primera oportunidad para alguna adolescente que quisiera hacer sus primeros pinitos.
Los chicos sacaron tres discos más antes de establecer todos relaciones serias.
Todo había cambiado, quizá algunas cosas para bien y otras para mal, haciendonos aprender alguna lección importante, por que eso es lo que hace la vida, enseñarte como sobrevivir a ella a base de palos y malos ratos, pero luego te lo recompensa, con esos momentos únicos.

 ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

El tiempo corría. Para algunos sanaba viejas heridas, para otros, abría nuevas, para gente pasaba demasiado rápido, o quizá demasiado despacio, como era mi caso. Y para el resto de la humanidad, el tiempo solo pasaba, y como tal solo esperaban que este corriera sobre ellos, llevándoselo todo por delante.
Yo, solo quería que el tiempo pasara lo más rápido posible. Pero las leyes de la físca no me permitian hacerlo correr más rápido de lo que ya iba. Para mi pasaba demasiado despacio, pero para la gente que estaba a mi alrededor era todo lo contrario. Yo solo quería que el dolor acabase, que salvaran a la pequeña vida que llevaba en mi interior, y que me dejaran irme, pero los paramedicos no me lo permitían.
+ Belén: Giovanna, por favor, quédate conmigo.
Alguien me tenía cogida de la mano, mientras uno de los paramédicos, me masajeaba el pecho, apretandome, y luego invadiendo mi boca con aire de sus pulmones, para que los míos imitaran su movimiento. Tenía los ojos abiertos, viendolo todo, pero no viendo nada a la vez, todo estaba borroso y desfigurado, y apenas tenía fuerza para pestañear, quería llegar a donde fuera que me estuvieran llevando, y poder saber que mi bebé estaría bien, entonces, si no había mas remedio, me dejaría llevar por la total oscuridad que ya estaba cerca de mí.
Con las pocas fuerzas que aún tenía, distinguí a dos personas. Tricia, la madre de Zayn, y Belén, su actual nuera.
+ Tricia: Si me escuchas, apretame la mano.
Hize todo lo posible por apretarsela, pero no sé si mi fuerza le llegó, ya que en ese momento, el vehículo paró, y todo fue demasiado borroso para mi vista.
Lo único que reconocí, fue movimiento, y el sonido de otra ambulancia, y con ello, dos paramédicos llenos de adrenalina, dos acompañantes, seguramente familiares, tristes, velando por la salud del desafortunado que estaba en la camilla. ¿Era mi caso igual? ¿Tenía a gente rodeada mirandome con esperanzas?
+ Paramédico: Mujer, 28 años. Accidente de tráfico. Cuando la encontramos estaba de parto, según los familiares lleva de parto dos horas.
+ Enfermera: Bien, necesita un quirófano ya, llevadla a la sala tres.
La camilla se movió, y mis dolores eran cada vez más grandes, pero yo cada vez tenía menos fuerza, con lo que solo podía emitir quejidos que seguramente nadie escuchara. Belén no me había soltado la mano, y corría a mi lado en la camilla, gritandole a Tricia que avisara al resto de la familia.
+ Belén: No me vas a dejar, aguanta, ya estamos aquí.
El paramédico la interrumpió bruscamente, no había tiempo.
+ Paramédico: Señora, o entra o se queda en la sala de espera.
+ Belén: ¿Tengo que firmar algo para entrar? ¡Venga, sigan! No le queda tiempo. Ahora mismo te alcanzo, no te preocupes voy a estar a tu lado -Me susurró-
Pude apretarle la mano, o por lo menos eso me pareció a mi, y farfullarle un 'Gracias' antes de que los paramédicos tiraran bruscamente para llevarme a quirófano.
Ruido, ruido por todas partes. Luces blancas, y gente mirandome y hablando rápidamente.
En cuanto Belén me volvió a coger la mano, esta vez con un guante de látex puesto, supe que todo iba a salir bien, entonces fue, en ese mismo instante, cuando me dejé llevar por la paz y la tranquilidad de la total oscuridad.

- Narra Belén-
Todo había pasado demasiado rápido. Nuestro encuentro hace poco más de un año, mi nueva familia, mi compromiso y luego la boda, el embarazo de Giovanna, mi mejor amiga, la visita a mi reciente familia a Bradford, y luego, oscuridad. Oscuridad durante varios minutos, antes que los gritos de dolor me devolvieran a la cruda realidad. Mareada como estaba, me acerqué al cuerpo de Tricia, bien, respiraba y no tenía ninguna herida grave. Seguí los gritos, y llegé hasta ella, tirada en el suelo, con la vista  en otro mundo que no era este, repitiendo siempre la misma palabra, Jackson, Jackson, Jackson. Así se iba a llamar mi pequeño sobrino, Jackson. La giré para que quedará de lado, para así mejorar su postura, pero lo único que hacía era acariciar su barriga de apenas 7 meses, y susurrar su nombre. Jackson.
Giovanna estaba a un paso de no conocer a su primogénito, pero gracias a dios, las sirenas de las ambulancias ya se escuchaban no muy lejos de nuestra posición, había gente a nuestro alrededor, ayudando a Tricia, y ayudandome a mí.
Giovanna seguía farfullando su nombre, cada vez con menos color en sus ojos, y con menos volumen en su voz.
Antes de que pudiera darme cuenta, la ambulancia llevaba puestas las sirenas, y nos dirigiamos a toda prisa al hospital más cercano. En cuanto los paramédicos me chequearon, me quedé a su lado, cogiéndola de la mano, y hablandole, tanto a ella como a mi sobrino. Tricia mantenía la calma, mientras a mí me caían lágrimas silenciosas de desesperación y nerviosismo.
Llegamos al hospital, las puertas se abrieron, la camilla, junto a los dos paramédicos salieron antes de que yo pudiera si quiera pestañear, cuanta práctica debía tener esta gente. Corrí para alcanzarlos, y volví a cogerle de la mano, mientras le gritaba a Tricia que informara a los demás de lo sucedido.
Tuve que separarme de ella para firmar los papeles de responsabilidad y ponerme el mono. ¿Firmar papeles? ¿Ahora? ¿En serio? Mi mejor amiga esta de parto, acabamos de tener un accidente y me tengo que parar a firmar papeles. No me lo creía.  Ya tendría tiempo para ponerme a replicar luego, debía estar con ella. Fui todo lo deprisa que pude, y llegé a quirófano, la cogí de la mano, y ella me sonrió levemente antes de que la calma inundara sus facciones.
Quizá pasaron horas, pero para mi fueron segundos.
Me dieron a Jackson en brazos, dos horas después de entrar a quirófano, era un niño precioso. Lo que más deseaba en el mundo, era que mi mejor amiga abriera los ojos y viera a su hijo.
Estaba en estado crítico, pero se salvaría. Según los médicos había sufrido un buen golpe en la cabeza, y gracias a dios, Jackson estaba perfectamente, menos mal que estaba de siete meses y no de tres, si no hubiera sufrido un aborto.
La operación no tuvo ningún inconveniente grave que los médicos no puedieran solucionar, pero no me permitieron quedarme allí toda la operación, una vez me entregaron al niño, me permitieron media hora más, y luego me echaron, debía dar todos los datos del niño. No quería hacerlo, pero era algo que debía hacer.
Salí, y fui directamente donde me habían indicado.
                                         ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Pasaron horas hasta que el médico vino a informarnos sobre la situación en la que se encontraba Giovanna, estaba bien. Nos dijo que debía tener reposo y que en un par de horas se despertaría.
A todo esto, el resto habían llegado, Zayn y Jacob los primeros, junto a Valeria y Alexander.
Zayn había insistido en pagar la estancia en el hospital, ya que el dinero no era una cosa que nos faltara exactamente.
- Belén: ¿Donde está Luke?
+ Zayn: Está con mis hermanas, no te preocupes.
- Belén: No me preocupo. Cuando se despierte tendré que ir a casa a por ropa y varias cosas para pasar aquí la noche o el tiempo que haga falta.
El tiempo seguía pasando, y Giovanna cada vez se movía más entre las sábanas. Cuando despertó, estábamos todos sentados, yo al lado de Jacob, diciendole como tener al niño en brazos y como calmarlo cada vez que lloraba
- Belén: No te preocupes, no es que no le gustes, pero quiere estar con su madre.
Se sentó en la cama y movió todas las extremidades, comprobándolas, y cuando la vista se le fijó unas lágrimas se le formaron y rodaron sobre sus mejillas al ver a su hijo.
Me levanté, y Jacob a mi vez, los dos nos acercamos a la cama. Jacob le besó la frente, tanto a Jackson como a Giovanna, y luego le entregó a su bebé.

-Narra Giovanna-
Sueños lúcidos, tan lúcidos que parecian reales, colores vívidos, movimientos rápidos, voces hablando sobre mí, sobre mi estado actual, decían que me iba a recuperar en unas cuantas semanas, pero yo a lo único a lo que le prestaba atención, con la poca conciencia que me quedaba, era escuchar algo sobre mi hijo.
El próximo sueño que tuve, fueron todas sensaciones, de calor y dolor, pero a la vez paz y alegría, escuchaba voces, susurrantes y a lo lejos, hablando como si la vida pudiera comentarse. Estaba incómoda, y me dolía la cabeza, al igual que el resto del cuerpo. Cada segundo que pasaba, mi sueño era más vívido, habían más colores, más luminosidad y más voces, ruido de fondo y mis latidos cada vez eran más reales. Me dolía la pierna izquierda, y no me di cuenta de que era un dolor real, hasta el momento en el que me moví, las voces callaron, y sentí una lluvia de miradas sobre mí. Empecé a revolverme en lo que se supone que es una cama, descripción poco fiable. Fruncí el ceño y cerré los ojos debido a la luminosidad y el dolor. Cuando comprové que todo mi cuerpo tenía movilidad, me atreví a abrir los ojos.
Allí estaban. Mis mejores amigas y sus respectivos maridos, viejos amigos y nuevos, mi marido, y en brazos de este, mi hijo. Mi niño de apenas 7 meses y medio de gestación.
Automáticamente los ojos se me llenaron de agua, y un par de lágrimas cayeron a la par. Belén y Jacob se acercaron a mí. Belén me cogió una mano y me sonrió dulcemente, cosa que Valeria no tardó mucho en imitar, pero antes de que alguien pudiera levantarse, mi prometido había depositado un beso en mi frente y un bebé en mis brazos. Jackson.
Mi hijo, mi bebé, no sabía que hacer o como reaccionar. Solo lo miraba, y sabía que nunca me cansaría de ello.



- Giovanna: ¡Jackson! ¡Jackson! ¿Dónde estás?
Se escuchaban unas risitas detrás de las cortinas, y unos murmuros que solo podían pertenecer a su tío. Me iba acercando a lugares lejos de donde ellos estuvieran, así era más entretenido, además, me encantaba escuchar su risa traviesa
- Giovanna: ¿Dónde estará Jack? ¿A ver... en el sofá? ¡Ah! ¡No está! - Me acerqué a las cortinas e hice como si mirara y no veía nada- ¡Pues creo que ya sé donde está! ¡Está escondido en el jardín! - Abrí la puerta y salí al jardín, esperé un par de minutos y volví a entrar, rechistando de broma- Tampoco estaba en el jardín, jope, ¡que bien se esconde Jack!
Se escucharon más risitas, esta vez también la de Luke y las de Isabella y Olivia.
Me senté sonoramente en el sofá y resoplé.
+Alexander: ¡Ya está la tarta!
- Giovanna: ¡Alex! ¡Tenemos un problema! ¡No sé donde están los niños, se han escondido muy bien!
+ Alexander: Pues se quedarán sin tarta... Pobres, porque tiene una pinta buenísima.
- Giovanna: Pues sí...
Me levanté, y fui andando lenta y sonoramente hasta el jardín, donde de repente cuatro niños se me tiraron encima, y se sujetaron a mis piernas. Salí al jardín con dificultad ya que tenía a los cuatro cogidos a mis piernas.
- Giovanna: ¡Los he encontrado!
Todos ellos reían, mientras Thor, nuestro cachorro de Labrador Retriever blanco, ladraba a los niños por tanta risa y movimiento. Me senté en el suelo, y empezé a hacerle cosquillas a todos. No podían parar de reír. Thor se tiró encima mía, y empezó a morderme, llamando mi atención para que jugara con el. Lo cogí y empecé a acariciarlo, a marearlo e incluso le tiré su pelota, y fue corriendo a buscarla, me levanté como pude, y les dije a los niños que jugaran con Thor. Los distrajimos lo suficiente, como para hacer que todos los niños, amigos de nuestros hijos pasaran al jardín, y con ello también algunos padres y nuestros amigos. Cuando los cuatro niños llegaron, se pusieron muy felices de ver a sus amigos en su fiesta de cumpleaños. Servimos la comida sobre las seis grandes mesas que habíamos alquilado, y todos empezamos a comer. Vino el encargado de la colchoneta, y conectamos el motor para que esta empezara a hincharse, en cuanto terminó de hincharse y los niños dejaron de comer, se abalanzaron sobre ella, y quien no iba hacia allí, iba hacia los columpios. Mantuvimos a cada niño, y a cada padre entretenido. Yo, sacaba fotos y Valeria le pintaba la cara a los niños que quisieran, Belén hablaba con otras madres interesadas en clases particulares de español. Zayn pinchaba música, Jacob y Liam sacaban las tartas de cumpleaños y el resto mantenían a los invitados distraídos.
Limpiamos las mesas más grandes que había y las juntamos. Habían tres tartas diferentes, cada una del sabor favorito que cada uno de nuestros hijos.
La de Isabella y Olivia, de fresa, con ocho velas que soplar. La de Luke, de chocolate, con una gran vela de el número 7 en el medio, y por último la de Jackson, de chocolate y vainilla, con un gran número seis para soplar.
Era el sexto cumpleaños de mi hijo. Hacía ocho años que estaba casada, doce desde que me convenrtí en bailarina profesional, veinte desde que me había mudado a Inglaterra, y treinta y cuatro años desde que mi historia había comenzado.


sábado, 18 de mayo de 2013

Capítulo 59.



Me desperté con la luz que reflejaba la nieve a través de la ventana. Me daba muchísima pereza ducharme con el frío que hacia en la calle, pero debía hacerlo para mantenerme en calor. Cogí mi bolsa, mi traje, me vestí y me abrigué, salí de mi piso sin prisa, pero huyendo del frío. Llegué a la academia, donde hoy viajariamos de vuelta a Londres para hacer un ballet conjunto con la academia nacional inglesa. Mi casera ya sabía que me marchaba hoy, y mis compañeros me habían ayudado a trasladar todas mis pertenencias al contenedor. Volvía a casa, y lo hacía con nueva familia.
Dentro de aquel antiguo pero modernizado edificio, habían cientos de bailarinas corriendo por todas partes, para la función que tendría lugar dentro de 14 horas. Me probé mi traje por última vez y le hicieron los últimos arreglos, antes de guardarlo en su funda y doblarlo con cuidado, lo guardé en la pequeña maleta que iba a llevar en el viaje y volví a vestirme. Dejé mis cosas en mi casillero, por última vez y me fui a buscar a mi   compañero. Jacob.
- Giovanna: Por fin te encuentro Jake, ¿donde narices estabas? Le he preguntado hasta a las de primer año.
+ Jacob: Perdona. ¿Nos vamos?
- Giovanna: Claro.
Fuimos a coger mis cosas, y mientras tanto, fuimos encontrandonos con todos nuestros compañeros de escena. Habíamos alquilado una furgoneta para ir hasta el aeropuerto, con lo que, entre todos, cargamos todo nuestro equipaje y nos marchamos al aeropuerto. Nuestro avión salía a las seis y media de la mañana, y media hora antes, ya estábamos todos sentados y esperando al despegue. La companía nos había pagado asientos en primera clase, con lo que disponiamos de todas las comodidades. El viaje no fue demasiado largo, ya que casi todos nos dormimos en el trayecto. A las nueve de la mañana, nos encontrábamos en Londres, dispuestos a bailar durante todo el fin de semana. Salimos por la puerta principal y cojimos dos taxis, ya que no cabíamos todos en uno. Yo subí de copiloto.
-Giovanna: Al 39 de Jay Mews, por favor.
Tardamos un largo silencio en llegar a nuestro destino, y para chicos como Viktor, le faltaron tiempo para mirar Londres a través de la ventanilla del taxi. Bajamos y sacamos todo el equipaje mientras alguien pagaba, y yo conseguía nuestros pases. En cuanto entramos, recibimos muchos saludos de gente totalmente desconocida para nosotros, pero al parecer no para ellos, todos nos ofrecian ayuda, y en casos como el nuestro, no se lo negamos, al entrar por la puerta llevabamos de todo, y nada más andar cinco metros, ya no teniamos nada en las manos. Nos habían dado habitaciones de cuatro personas, y podíamos elegir con quien ir, en cuanto la directora de la academia nos dijo aquello, nos separamos en tres grupos, todos mixtos. Nos indicaron el camino a nuestras habitaciones y nos dejaron tres horas para instalarnos y prepararnos para los ensayos, a la una de la tarde, ya debíamos haber comido y tendríamos que estar todos los bailarines en el auditorio.
Pasaron dos horas y yo ya tenía todo instalado, al igual que mis compañeros. Jacob y yo decidimos irnos a comer antes de ir al auditorio principal, sin embargo, Viktor y su hermana Nathalie, la cual era una de mis mejores amigas, decidieron conocer el edificio. Cojimos lo necesario y nos marchamos. Elegimos un restaurante pequeño, que parecía bastante nuevo, y al entrar lo comprobamos. Nos sentamos en una mesa cerca de la vidriera y pedimos.
-Giovana: Tendríamos que pedir que nos trajeran las cosas del contenedor ¿no crees?
+ Jacob: Es una buena idea, así lo tendremos todo para cuando terminemos este jaleo
- Giovanna: Pienso exactamente lo mismo que tu. Hablando de jaleos, ¿Pudieste hablar con la casera?
+ Jacob: Sí, es muy simpática, y al contarle porque nos mudábamos me comentó que tiene un local bastante espacioso que podríamos utilizar, tanto para guardar cosas como para tenerlo de sala de prácticas o convertirla en una academia de baile, me dijo que todos los gastos de la reforma correrían a su cuenta mientras la invitemos a los ballets y la saquemos a pasear por Londres más seguido que su anterior inquilino.
- Giovanna: Dime que aceptaste el trato
+ Jacob: Estaría loco si no lo hiciese.
- Giovanna: Bien cierto es. ¿Te molestaría que un día de estos me pasara por mi antigua casa? Tengo muchísimas ganas de ver a mis amigas.
+ Jacob: No sé porqué me lo preguntas, tienes total libertad Giovanna.
- Giovanna: Gracias. ¿Te gustaría... venir conmigo?
+ Jacob: Oh. Conocer la vida de la misteriosa Giovanna, dios mío, claro que sí. Haría lo que fuera por saber más cosas de tu pasado.
- Giovanna: Mi pasado no tiene nada interesante. Lo único interesante que pudo pasarme fue aquí, en Londres, y el asunto no terminó... demasiado bien.
+ Jacob: Me intrigas. Cuéntamelo.
- Giovanna: No tenemos tiempo. Hay que pagar y deberíamos marcharnos si queremos ser puntuales.
+ Jacob: Típico, en cuanto te lo pido cambias de tema ¡tampoco puede ser tan malo!
- Giovanna: Jake...
+ Jacob: Ya lo sé, ya lo sé. Pagemos y vamonos, no quiero que las inglesas me cojan manía el primer día.
Jacob, como buen caballero pagó la cuenta, y nos marchamos enseguida.
Llegamos justo a tiempo para empezar el ensayo, cosa que hasta pasada una hora no hicimos, ya que nos presentaron a todos los bailarines y nos explicaron el plan del fin de semana.
El auditorio tenía aforo de más de mil quinientas personas, y según los rumores, se habían vendido todas las entradas. Las puertas se habrirían a las 20:00 de la tarde y el musical empezaria una hora más tarde.

                                        ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

+Viktor: Es verdad eso que dicen que las inglesas son muy estiradas.
+ Nathalie: O es que tu eres demasiado lanzado
- Giovanna: Tampoco son tan estiradas... yo conozco unas cuantas que son muy fiesteras
+ Jacob: Ya estás tardando en presentarselas a Viktor.
+ Nathalie: Ni te molestes. En cuanto se las tire no las volvemos a ver.
+Viktor: ¿Y a ti que más te da?
+ Nathalie: Me importa porque eres mi hermano
+ Vikor: Por eso mismo no debería importante
- Giovanna: Vale chicos, no queremos discusiones de hermanos en nuestra primera noche aquí, por favor, callaos, estoy intentando conciliar el sueño.
+ Jacob: No lo vas aconseguir.
- Giovanna: No ayudas Jake, y más si no paras de moverte.
+ Jacob: Eres tu la que quería que durmiera contigo
+ Nathalie: Me encanta la pareja que haceis
- Giovanna: Normal, si nos vamos a ir a vivir juntos, tendremos que dormir juntos.
+ Viktor: Vale, ahora sois vosotros los que discutís.
- Giovanna: No...
+ Jacob: ... discutimos.
+ Nathalie: ¡Terminais las frases el uno del otro! ¡Awwwwwwwwwwwww!
- Giovanna: JAJAJAJAJA
+ Jacob: Ahora mismo nos empiezan a golpear la pared para que nos callemos, vamos, intentad dormir o por le menos hablad más bajito.
+ Viktor: Gracias al cielo que estás aquí Jake, no sé que habría hecho con estas dos.
+ Jacob: Vale, yo también te quiero, pero dejadme dormir.
- Giovanna: Madre, que se nos ponen machotes. Buenas noches chicos.
+ Nathalie, Viktor y Jacob: Buenas noches.

Me giré y me quedé mirando a Jacob, me gustaba muchísimo y daba gracias todos los días por haberme tropezarme con aquel cable. Fui acercándome cada vez más a él, hasta entralazar mis piernas con las suyas y apoyar mi mano sobre su pecho. Al hacer este movimiento, giró la cabeza y sonrió tímidamente.
+ Jacob: ¿Notas eso? -me susurró-
- Giovanna: Sí, tu corazón late más fuerte y rápido que hace un momento
+ Jacob: Eso solo me pasa cuando te tengo cerca.
No pude evitar sonreir como una idiota cuando me dijo eso, y abrazarlo con fuerza, el me besó el pelo, y rodeó con una de sus manos mi cintura, atrayéndome más a él.
- Giovanna: No podemos hacer esto ahora... los chicos aún no están dormidos Jake...
+ Jacob: Ya lo sé, pero te necesito tanto...
- Giovanna: No digas esas cosas, que me dan ganas de...
+ Jacob: ¿Hacerme tuyo?
- Giovanna: Nunca mejor dicho.
+ Jacob: Intenta dormir
- Giovanna: Sí, dime tu ahora como.
Con un ágil movimiento, me coloca encima suya, tumbándome sobre su pecho, haciendo que escuche los latidos de su corazón, y me relajo enseguida al recordar sus palabras, solo yo le provocaba esos latidos tan fuertes y rápidos.

Al abrir los ojos me encontré a Jacob hablando bajito por teléfono mientras andaba de un lado para otro por la habitación, me desperecé y me levanté de un salto de la cama, estaba feliz, ayer habíamos logrado una actuación estupenda y hoy tendríamos otra. Me vestí  con algo cómodo, ya que hoy andariamos liados y me recogí el pelo en una coleta alta. Me metí en el baño y terminé de arreglarme, en cuanto salí, desperté a Nathalie y Viktor, que se levantaron a regañadientes, pero también contentos por la actuación de anoche, todos hicimos lo mismo, y una vez todos listos, Jacob terminó de hablar y nos fuimos a desayunar.
-Giovanna: Por cieto, ¿Que hora es? Porque o es muy pronto, o es muy tarde.
+ Jacob: Es tarde para la hora que nos despertábamos antes, pero se ve que pornto para los ingleses.
+ Nathalie: ¿Y tú a que hora te has despertado y cómo? Si no teniamos despertador puesto
+ Jacob: Me habré despertado sobre las... seis y media. Y me han despertado, una señorita rubia muy guapa
+ Viktor: Mirada de asesina de Gi en 3, 2, 1... -me miró rápidamente- ah, pues no.
- Giovanna: Confío en él.
+ Nathalie: Vale, todo muy bonito, pero Jake, al final no nos has dicho que hora es.
+ Jacob: Serán sobre las ocho menos veinticinco o así.
+ Viktor: Pues vaya. -Resopló cogiendo todo lo necesario para el desayuno-
- Giovanna: Se me había olvidado por completo que los ingleses comian huevos revueltos por la mañana, lo echaba de menos -Comenté mientras con un plato en la mano pasaba por la barra de desayuno-
+ Nathalie: ¿¡VAS A COMER HUEVOS REVUELTOS A ESTA HORA?! -Respondió atónita-
- Giovanna: Nat, no grites, y sí, no es malo, está rico, sólo hay que acostumbrarse. Probádlo, en serio, si no os gusta lo tirais o me lo dais a mi
+ Jacob: Me fio de ti, pero no me voy a servir mucho por si acaso -Dijo un tanto receloso-
- Giovanna: ¡Arriba esas caras largas! Ayer tuvimos una actuación fantástica y hoy tendremos una mejor, así que desayunad como ingleses que sois durante esta semana y vamos a coger mesa.
Los tres sonrieron ante mi comentario, y por extarño que parezca, me hicieron caso. Nos sentamos en una mesa al fondo de la sala, y estuvimos comentando la actuación de anoche, como era la gente, los bailarines, las maquilladores, las luces, la dirección, y todo lo que una gran noche conlleva. Pasamos de hablar de ballet a hablar de barcos,y mudanzas.
+ Jacob: Esta mañana he llamado a la empresa y me ha dicho que si queremos aquí las cosas aquí para esta semana, nos costará más, pero que al ocupar tantos metros cuadrados nos hacen un descuento, y no nos sale tan caro la verdad. Será la mitad de el sueldo de un mes, asíque con que pongamos... 130 euros cada uno estará bien.
+ Viktor: Está bastante bien.
+ Nathalie: Sí, y deberíamos ir a ver la casa
+ Jocob: Por eso no os preocupeis, es un edificio familiar que ella conserva, y no tuvo hijos, con lo que me ha propuesto un trato. Si la cuidamos como si fueramos familia, antes de que fallezca nos hereda la casa, y como esta ya está pagada, no tendríamos ninguna deuda, pero eso sí, hay que pasar tiempo con ella y cuidarla muy bien ya que está enferma. Es un edificio de tres plantas, con sótano y garaje, ella vive en la primera planta, vosotros dos -señaló a los dos hermanos- vivireis en la segunda planta, y nosotros en la tercera. Cada planta es como un piso y tiene todo lo que estos tienen, ya que como bien os he dicho, es un edificio familiar y está construido para que más de una familia viva ahí. Comeremos y cenaremos juntos con Elisabeth, tenemos que convivir bien, tenemos que ser una familia, o por lo menos hasta que esta señora se nos vaya ¿Estamos todos de acuerdo? -Pronunció esa última frase con mucho más énfasis-
- Giovanna: Nunca pensé que te preocuparías tanto por una señora que no conoces de nada
+ Jacob: Si que la conozco. Es la tía de mi madre, no las une ningún lazo de sangre en realidad, pero era muy amiga de mi abuela y bueno, es como si fuera la mía
- Giovanna: Vaya, lo siento, no tenía ni idea
+ Jacob: Yo también tengo cosas que tu no sabes de mí.
- Giovanna: Seguro que sí, y eso me encanta
Puso una cara rara al escuchar esas palabras, pero sonrió enseguida.
+ Nathalie: ¿Cuando podremos conocerla?
+ Jacob: Esta noche la he invitado al ballet, ¿os parece bien?
- Giovanna: Me parece perfecto.
Recogimos todo lo que habíamos usado y nos fuimos al auditorio. En cuanto llegamos, dejamos nuestras cosas en uno de los casilleros y nos pusimos a estirar, estábamos los tres en un rincón hablando sobre como nos imaginábamos a Elisabeth, la profesora llegó, y tal y como debíamos hacer, estábamos todos ya de pie y en nuestras posiciones para empezar el ensayo general. Nosotros al ser extranjeros, interpretábamos varios de los bailes principales, y yo, debía hacer un dúo junto a otra pareja.
El ensayo general fue una maravilla. Ibámos todos muy cordinados, y lo hacíamos todo a la perfección.
+ Profesora: Giovanna ¿podrías venir aquí por favor?
Asentí y me acerqué a paso ligero.
+ Profesora: Quería presentrate a la otra pareja que interpretará el dúo paralelo a vosotros
- Giovanna: ¿Quiere que llame a mi compañero señora?
+ Profesora: No estaría mal.
Giré sobre mi misma, haciendole señas a Nathalie para que buscara a su hermano. Ella me respondió las señas, y junto donde me había dicho, allí estaba, en la barra charlando con una bailarina secundaria. Las dos le hicimos señas hasta que por fin Nathalie le tiró una punta a la cabeza. Menos mal que tenía puntería. Viktor se asustó y se enfadó en un momento, pero luego se dió cuenta de que era lo que queriamos de el, y corrió hacia mi lado.
+ Viktor: Buenos días profesora.
+ Profesora: Buenos días. Bueno... tal y como os iba diciendo, me gustaría presentaros a la pareja que bailará con vosotros esta noche. -Gesticuló con las manos, y la pareja se acercó- Viktor, Giovanna, os presento a Alexander y a Valeria.
Dios mio.
Lo había conseguido. Había cumplido su promesa. Estaba aquí, en la academia nacional de danza, en Londres.
Creo que las dos pensamos exactamente lo mismo, por la reacción que ambas tuvimos. Primero nos quedamos paralizadas, y en cuanto volvimos en nuestro ser, nos dimos el abrazo más grande, dulce y emotivo que esa academia de baile jamás había visto.
Era mi amiga, mi mejor amiga, y estaba aquí, e iba a bailar con ella.
Un carraspeo hace que las dos volvamos a la sala, secandonos el resto de las lágrimas que nos quedaban en los ojos.
+ Profesora: Veo que os conoceis.
+ Valeria: Ya lo creo que sí, ya lo creo que sí Marie.
+ Profesora: Bueno, entonces, os dejaré que hableis un rato
+ Valeria: Muchas gracias Marie, por todo.
Ella asiente dulcemente y se marcha, pero no sin antes pegar un par de gritos para que los bailarines se prepararan. Empezabamos desde arriba, pero esta vez bailarian los suplentes, no nosotros.
+ Viktor: ¡¿Que narices a sido eso?! -Masculló haciendo una pausa tras cada palabra- Nunca había visto a esa mujer tratar a alguien tan bien.
+ Alexander: Tendrá algo que ver conmigo.
Viktor gesticuló un signo de pregunta y este se rió.
+ Alexander: Soy su hijo.
+ Viktor: Eso no explica por que trata tan bien a ... Valeria.
- Giovanna: Yo creo que sí -Dije eufórica cogiendole la mano izquierda-
+ Valeria: Te iba a llamar para decirtelo, pero primero quería que terminara todo este festival
- Giovanna: Aún no me creo que mi niña esté prometida. Cuidala muy bien -Me dirigí hacia Alexander-
+ Alexander: No me lo tienes ni que decir. Es una de las mejores cosas que me han pasado, no creo que pueda estropearlo.
Valeria le sonrió como una insulsa y le robó un beso.
- Giovanna: Alexander, te la robo, creo que tiene que contarme muchas cosas.
+ Valeria: Además, así os vais conociendo. No quiero que para mi boda no conozca ni a los invitados.
Valeria le dijo a Marie que nos iriamos durante un rato para ponernos al día, y ella no puso ninguna pega. Cuando estábamos lo sufuciente lejos como para que nadie nos esuchara, nos sentamos y nos pusimos a hablar.
- Giovanna: Y dime... ¿Conoce Alexander a los chicos?
+ Valeria: Claro que sí. ¿Quien te crees que me lo presentó? Más bien fue Danielle, pero todos lo conocían.
- Giovanna: ¡Me alegro un montón! ¿Como es? ¿Como os conocisteis? ¿Como te enamoraste de el? ¿Como y cuándo te lo pidió?
+ Valeria: ¡De una en una!
- Giovanna: Perdona. Pero es que sigues siendo una de mis mejores amigas, y necesito acribillarte a preguntas
+ Valeria: Por suepuesto que sí, y luego me tocará a mi. Y no quiero ni una pega, ah, y quiero toda la historia, no te saltes ni un pestañeo.
 - Giovanna: Trato hecho. Empieza.
+ Valeria: Bueno, pues me lo presentó Danielle cuando se enteró de que me habían aceptado en la companía. Quedamos un par de veces, y empezamosa crear buenas migas, me daba consejos, y me contaba como era estar allí dentro. No supe hasta que empecé a salir con el que su madre era profesora allí, pero no me sorprendí, ya que tiene la técnica más perfecta que hayas visto. Mis primeros día en la companía fueron muy duros, pero el siempre estaba ahí para ayudarme, aún teniendo mucho más nivel que yo. Desde que nos conocimos no he podido estar más de tres días sin verle, pero eso gracias a la companía no era muy difícil. Generalmente solíamos quedarnos hasta tarde ensayando, y el me ayudaba a mejorar en todo. En dos años lo conocía como si fuera mi hermano, y el cariño fue más allá de eso. El quería que me presentara a las audiciones para el festival, pero yo no quise. Gracias a eso se apegó más a mi, convenciendome para hacerlo el próximo año, y ensayando un baile para la prueba. Al final, me presenté, y mírame, aquí estoy. Empezamos a salir hace casi tres años. Me enamoré de el porque en todo este tiempo nunca me ha dejado tirada, y siempre tiene tiempo para mí, aunque sea muy poco, lo consigue para estar conmigo. Su vida es mucho más ajetreada que la mía, y por supuesto, sus experiencias mucho más grandes. Suele viajar mucho por todo Reino Unido por audiciones, y cada vez que puede me consigue aunque sea un papel secundario. El dice que me lleva porque no quiere que los bailarines me miren el culo, pero yo le rechisto. ¡Hay muchas otras bailarinas para mirarles el culo! - Exclamó entre risas. Su risa era igual de contagiosa que siempre, con lo que terminamos riendo las dos-  Pero lo principal por lo que me enamoré de el, es por la forma en la que me mira. Parece que mire a una diosa griega, como con adoración, y eso es una cosa que aún después de tres años no asimilo. Me mira exactamente como lo hacía Harry contigo.
- Giovanna: ¿Como supiste que estabas enamorada de él?
+ Valeria: ¿Que como lo supe? Sinceramente, ni idea. Eso no se sabe, se siente. Esa sensación de solo querer estar con el, de solo pensar en como te sientes cuando estás a su lado. De que solo con verle te sale una sonrisa, y que, al final de la semana te duelan los mofletes y las muelas de tanto sonreír. Imaginar junto a el una vida, un futuro. Compartir muchas cosas, por no decirlo todo. Ir poco a poco, pero con cada paso ser más feliz. Me voy por las ramas como siempre. Para decirte la verdad, me lo pidió hace un par de días. ¿Como me lo pidió? Fue muy bonito. Me dijo que quería enseñarme una cosa, y quedamos en la sala de ensayo del piso de abajo. Me bendó los ojos, con lo que no veía nada, e hizo que me sentara. Había traido una pantalla y un proyector, con todas las fotos que teníamos juntos, y las grabaciones de los ensayos, en las que cada dos por tres, nos estábamos mirando y dandonos besos. En cuanto terminó toda la cinta, había una foto de el, con un cartel de él que ponía, 'Gírate', yo no me había dado cuenta de que Alexander se había marchado. Cuando me giré, estaba él, entre mis compañeras de baile, que estaban vestidas con mi traje favorito, formando un corazón, y cada de una de ellas tenía un cartel con una palabra de la frase '¿Te gustaría casarte conmigo?' En cuanto lo ví, no supe como reaccionar. Primero me quedé de piedra, pero antes de darme cuenta ya estaba llorando abrazada a él con un anillo de compromiso colocado en el dedo.
- Giovanna: Qué bonito
+ Valeria: Sí, aún me emociono un poco cuando lo cuento
- Giovanna: Que tonta eres -Le dije riendome-
+ Valeria: Mira, ¡fue a hablar! Venga, te toca.
- Giovanna: ¿Que quieres que te cuente?
+ Valeria: ¿Que pasó? ¿Porqué no avisaste?
- Giovanna:  Pasó que siempre pasaba. Yo no era capaz de verle una vez cada dos meses, y menos aún de verle con todos los rumores que hay, que sí hoy se enrrolla con esta, que si anoche se emborrachó, que si se llevó a una madelo al hotel. No podía soportarlo, no podía seguir pasandoselo por alto, pero tampoco quería que los otros chicos estuvieran de niñera solo porque el quiera divertirse. Estuve aquí, casi cinco años. Cinco años soportando todo los rumores, soportando a todas las fans locas, y ni siquera eramos pareja. Cinco años, esperando a que se dignara a pedirme salir, a pedirme que lo acompañara a algún sitio, porque los dos primeros años fueron exactamente como yo quería que fuesen con él, pero después de todo ese tiempo, empezó a desaparecer los fin de semanas, se llevaba a modelos como acompañantes a las fiestas, mientras vosotras os íbais con el resto. Era yo la que se quedaba en casa, un sábado noche, mirando películas de acción. Hasta que empecé a juntarme con otra gente. ¿Y entonces quién apareció?
+ Valeria: Ryan, el empresario buenorro.
- Giovanna: Exactamente. Pero claro, Harry no podía soportar que yo estuviera con un viejo novio, ¿y yo debía soportar que el estuviera todos los fin de semanas con super modelos y prostitutas caras? No señor. Lo siento muchísimo, y lo digo en serio, espero que me perdones por lo que hize, pero no quería seguir aquí. Tan solo, aproveché la oportunidad,
+ Valeria: Y no te lo rechisto. Pero si te sirve de consuelo, Harry estuvo muy mal después de enterarse
- Giovanna: Que apechugue.
+ Valeria: Venga, dejemoslo. Deberíamos volver, porque aunque sea la nuera de Marie, seguimos siendo bailarinas
- Giovanna: Muy cierto. -Nos levantamos y comenzamos a andar devuelta a la sala de ensayos. Pero me detuve un segundo- Val, gracias, por todo. -Nos abrazamos muy fuerte-
+ Valeria: No des las gracias.
En cuanto entramos en la sala, se les iluminó la cara a nuestros suplentes. Marie gesticuló, y cada uno volvió a su sitio, empezabamos desde el principio, otra vez.
Estuvimos ensayando tres horas más, hasta que la profesora decidió que el baile estaba lo suficiente perfecto como para dejar que nos marchemos a casa para prepararnos y volver antes de las ocho de la tarde para hacer el último repaso. A más de uno le faltó salir corriendo de la sala antes de que la profesora cambiara de opinión, pero ella también estaba cansada. Recogimos las cosas, y nos marchamos a nuestras habitaciones, no sin antes ir a recoger a Jacob. Los hermanos y los prometidos venían conmigo, y Jake no se sorprendió al verlos, pero no conocía a mi amiga.
- Giovanna: Jake, estos son Valeria y su prometido Alexander, van a bailar conmigo y con Viktor.
+ Jacob: Encantado, llamadme Jake por favor.
+ Valeria: Encantada Jake. No sé si aquí la señorita te habrá contado algo de mí, pero soy la amiga que la lleva soportando desde los doce años.
+ Jacob: ¡Ah! ¡Claro! Ya decía yo que me sonaba mucho tu nombre
+ Valeria: Yo no tengo el honor de saber nada de ti, así que dime, ¿que... eres?
+ Jacob: Como ser, soy muchas cosas, pero principalmente soy el director de efectos especiales, iluminación, humo, decorado...
+ Alexander: Entonces pues, un trabajo fantástico
- Giovanna: Nuestros novios conectan -Le susurro a Valeria-
+ Valeria: ¡Ah, que es tu novio! ¡Coño Gi, eso se dice antes!
+ Jacob: Muy bonito, se te olvida presentarme a tu amiga.
Todos terminamos riendo ante el giro de la conversación. Estuvimos un rato más hablando, pero estábamos todos demasiado cansados como para estar muy atentos a los juegos de palabras. Nos despedimos y cada uno nos fuimos a nuestra habitación. Cuando llegamos a nuestra habitación, tuvimos que pelernos por ver quien entraba primero en la ducha, y ya que yo fui la ganadora de piedra, papel o tijera, me duché la primera.

Una hora y media para vestirme y maquillarme, que agobio.
Bailarinas corriendo de aquí para allá, emocionadas y nerviosas, ansiosas o con ganas de vómitar.
Ya había pasado medio festival, y ahora llegaba la hora de los bailarines profesionales, donde yo estaba incluida. Justo despúes de terminar, Nathalie debía interpretar un papel corto pero crucial, y cuando ella terminara, volvía a salir junto a Viktor y los prometidos. Ya estaba preparada para salir, y cuando la música sonó, dió paso al baile que tanto tiempo llevaba esperando.
Emocionada, corrí hacia donde las ayudantes me estaban esperando para desvestirme y colocarme el otro traje. Me cambié las puntas, me miré al espejo y volví a correr, preparada para volver a salir.
Jacob me estaba esperando en la cortina. Me dió un beso rápido, y me deseó suerte.
+Jacob: Dos cosas. Primera, te han cambiado la pareja, ahora bailas con Alexander. No te agobies, es exactamente el mismo baile, solo que en vez de terminar el baile con él, lo empiezas.
- Giovanna: Bien. -Respiré sonoramente- No pasa nada. ¿Y lo segundo?
+ Jacob: Lo segundo es que Elisabeth está aquí y por ahora le encanta. Mira, ya está aquí Alexander.
Alexander me cogió de la cintura, me besó un moflete y se dirigió a Jake.
+Jacob: Buena suerte tío.
+ Alexander: Gracias.
Jacob se marchó y me quedé con él.
+ Alexander: No te agobies, te va a salir mejor que bien, te he observado en los ensayos y lo haces perfecto.
- Giovanna: Muchísimas gracias. Lo único que me preocupa es si vas a poder conmigo.
+ Alexander: Comprovemoslo.
Me agarra de la cintura, y me eleva, tán rápido y delicadamente como lo haría cualquier otro bailarín profesional. Pero le tenía confianza. Le conocía desde hace un par de horas, pero le tenía mucha confianza, por algo es el prometido de Valeria.
+ Alexander: ¿Y bien?
- Giovanna: Perfecto. Muchas gracias por quitarme la duda. Alex ¿te puedo llamar así? Bueno, da igual. Alex, dime que tu también estás nervioso.
+ Alexander: No me importa que me llames así. Sí, sí estoy nervioso ¿Para que negarlo? Pero nos va a salir más que perfecto.
Empezó la música. Un, dos, tres. Valeria y Víktor. Un, dos, tres. Nuestro turno.

Miro el reloj y son las doce y media de la noche. Hace media hora que le festival ha terminado, y ha salido verdaderamente genial.
En cuanto bajé del escenario, la profesora nos presentó a la gente importante, y estos nos alabaron. Era una sensación rara pero me gustaba. Un fotógrafo de la prensa se acercó y nos tomó varias fotos para el periódico. Nos comentaron que a la Reina le había encantado, pero que no había podido quedarse para conocernos, pero aún así nos dijeron que ella estaría encantada en que vayamos al palacio de Buckingham y hagamos un pequeño solo en la próxima cena. Cuando nos dejaron marcharnos, varias personas nos pidieron fotos, y nosotras se las permitimos como a cualquiera que las quisiera.
Nos marchamos a desvestirnos y a desmaquillarnos. Valeria y Alexander se marcharon después de despedirse, y nosotros tres nos quedamos para conocer por fin a Elisabeth.
Estuvimos hablando con ella durante un buen rato, antes de que nos dijeran que debíamos recoger las cosas de nuestro casillero porque iban a cerrar ya. Me dirigí hacia allí, y recogí las cosas, pensando en que iba a pedir de cenar cuando estuvieramos en el restaurante.
Alguien me tocó el hombro y yo me giré de acto reflejo, era él, estaba aquí, delante mia.
+ Harry: ¿Giovanna?
En cuanto le miré a los ojos me vinieron miles de recuerdos, tantos recuerdos que no quería recordar, instantaneamente, se me secó la boca y los ojos empezaron a picarme, y antes de que la primera lágima rodara sobre mi mejilla, me di la vuelta y me marché, lo último que necesitaba ahora era encontrarmelo, y menos cuando justo después, iba a ir a cenar con Elisabeth, la persona más cercana a Jacob, y la que nos dará un techo en el que vivir juntos, no, ahora no. Intenté borrar todos esos recuerdos de mi cabeza, pero eso solo acentuó mi llanto. Iba andando demasiado rápido como para darme cuenta de que Jacob me seguía gritando mi nombre, suplicandome que parara, y al final, cuando ya no se escuchaba a nadie, lo hize.
+ Jacob: ¿Quien era ese?
- Giovanna: El chico al que tu le llamas "ese" es la razón por la que acepté la beca en Rusia.