miércoles, 7 de marzo de 2012

Capitulo 11.


Capitulo 11.
Por fin habíamos aterrizado. Pero a mi esa sensación de cosquillas en el estomago, aun no había desaparecido. Tardamos más de 15 minutos en localizar el hueco y aparcar en avión para poder salir. Cuando paramos la gente empezó a desabrocharse, a levantarse y a sacar cosas de los cajones. Mientras los pasajeros cogían sus pertenencias, los trabajadores del aeropuerto colocaban el pasillo que comunicaba el avión con el aeropuerto. Tuvimos que esperar casi 10 minutos hasta que se abrió la puerta y comenzó a salir gente. Yo como de costumbre me quedé sentada para después poder salir sin perderme, ya que todo el mundo se empujaba para salir más rápido, aunque con ello solo conseguían tardar más en salir. Los niños estaban desesperados para poder correr, los adultos para poder fumarse un deseado cigarro y el resto para descansar y llegar a casa por fin. Cuando ya no quedaba nadie, me levanté y busqué a Tatiana. Al no encontrarla fui hacia la salida y allí estaba ella. Esperándome tan servicial como siempre.
+Te estaba esperando, donde estabas?
-Perdón había mucha gente, y no me quería agobiar.
+Vale, vamos?
-Por supuesto!
Salimos bastante rápido, aunque había mucha gente. Volví a pasar el escáner de seguridad, recogí la mochila y nos fuimos. Después de pasar toda esa gente pasamos todas las típicas tiendas de aeropuerto. Yo como una niña pequeña le pregunte emocionada a Tatiana.
-Tatiana, Tatiana!
+Dime! Que quieres?
-Sabes lo que quiero? Quiero entrar en esa tienda y comprármelo todo!
+Quieres comprarte cosas?
-SI! Parezco muy cría, pero me encantan estas tiendas de aeropuerto, hay de todo! Jajaja
+Si quieres comprarte cosas, yo te acompaño, me conozco todas las tiendas!
-Perrrrrrrfecto!
+Que tipo de tiendas buscas? De música, libros, recuerdos, ropa, colonias, joyas…?
-Llévame a todas! A las más baratas de cada una de ellas.
Así fue, Tatiana me llevó a tiendas de música, de libros, de ropa, perfumes, y recuerdos. Sobre todo música y libros. Me compré de todo un poco, me compré música clásica, música pop, rock, jazz… Me compré libros de amor, de aventuras, de misterio de miedo, de todo un poco. Me compré ropa, muchísima ropa. Ropa muy abrigada, pantalones, botas, camisetas, chaquetas, bufandas, guantes, gorros, orejeras, calcetines… de todo! Me lo pasé muy bien con Tatiana yendo de “compras” Ya que no teníamos mucha diferencia de edad porque yo tenía 14 años y ella 22. No, nos lo contábamos todo, pero mi viaje fue muy divertido gracias a ella. Éramos buenas amigas, aunque nos conociéramos desde hace muy poco. Cuando vi como miraba aquella preciosa camiseta… decidí comprárselo a escondidas ya que era mi dinero, mis ganas y mi sorpresa. Cuando fuimos a comprar un par de libros la vi emocionada con uno en especial. Y yo como buena persona se lo compré, y se lo dediqué ahí mismo. Le pedí al chico de la tienda que lo envolviera de regalo. Busqué a Katrina y le pedí que por favor le dejara el libro a Tatiana en la taquilla. Pero para sorpresa de Katrina también le compré uno a ella, Tatiana me había hablado mucho de ella, de sus gustos, y de todo lo que habían pasado juntas. Como era de suponer me dijo los libros que siempre había querido leer y nunca pudo. Katrina se llevó una gran sorpresa al ver el libro y se sintió muy agradecida. Me lo demostró con palabras y un abrazo. La echaría de menos, gracias a ella había conseguido mucha pasta, había conocido a mucha gente, y me lo había pasado genial. Pero lo mejor estaba apunto de llegar. Cuando ya me había gastado casi la mitad del dinero que me había dado el ricachón estadounidense empecé a guardarlo en la mochila. Hablando de mochila… LAS MALETAS! –Pensé-
-Tatiana! Las maletas!
+Madre mía, es verdad. Vamos, rápido!
Corrimos hacia las cintas de maletas. La cogimos de casualidad, porque estaba apunto de dar toda la vuelta por el aeropuerto. Al cogerla revisé si estaba el candado, si esta rota, o herida. Por suerte solo estaba un poco rasgada por los golpes del transporte. Tatiana me acompañó hasta la puerta donde Margarita y Araceli me estarían esperando. Al ver a Margarita y Araceli en la puerta me despedí de Tatiana, le di un abrazo muy grande un gracias de corazón y me fui. De lejos le recordé que mirara su taquilla.
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