domingo, 8 de julio de 2012

Capitulo 40.


Nos enredamos en un beso, un beso infinitamente dulce. Ese chico empezaba a gustarme. Se separó de mis labios, y lo miré.
+ Eres muy frágil.
Profundicé en su mirada.
+ Quiero ser yo, quien te proteja. Quiero que seas tú la que viva en esta casa.
Y está vez, fui yo quién se inclinó para besarle.
Ryan era tan dulce conmigo, pero yo tenía novio, y lo estaba traicionando. Si le contaba esto, no me perdonaría. Pero, él, también había tenido un deslice. Y ahora, estaba pagando el precio.
Separamos nuestros labios. Volvió a besarme. Se impulso sobre la pared de la piscina, haciendo, que flotemos hacia el centro de ella.
+ Coge aire.
Así hice. Me agarró de la cintura y me hundió. Nos besamos bajo el agua. Nunca había experimentado está sensación con nadie, era muy bonito. Flotamos a la superficie, permaneciendo unidos por nuestro labios. Me agarré a su cuello. le di el último beso, y lo hundí. Nadé lo más rápido que pude hacia las escaleras, pero estábamos en la parte más grande y honda de la piscina. Me agarró del tobillo, y me arrastró hacia atrás.
- Pensé que no llegarías.
Sonrío. Se inclino para besarme. Nadé hacia las escaleras. Cogí la toalla y me envolví en ella. Una vez fuera de la piscina lo mire, me sonrió y nadó hacia las escaleras. Corrí hacia la casa, cayéndome la toalla en el trayecto. Entré corriendo a la casa. Me giré. Venia detrás mía corriendo. Mientras corríamos e intentábamos no resbalar, nos reíamos. Subí las escaleras lo más rápido posible, y   entré a la habitación. Entonces me alcanzó. Me agarró de las caderas y rodamos sobre la cama. Estallamos a carcajadas. Ryan quedó sobre mí.
+ Corres muy rápido.
Giré hacia la izquierda, quedando sobre él.
- O tu corres muy lento.
Nos besamos. Nos besamos durante un buen rato. Fuimos reptando hacia el centro de la cama. Empezamos a besarnos apasionadamente. Sin darnos cuenta, nos encontrábamos enredados en las sábanas desnudándonos para ponerle fin a la noche. A la noche más fantástica de mi vida.
Me desperté con una sonrisa en la cara. Me giré y allí estaba él, con esos ojos tan tentadores.
- ¿Eres uno de esos raritos que te miran mientras duermes?
+ No, sólo porque eres más preciosa dormida de lo que ya eres normalmente. Pareces un regalo de cielo, un ángel.
- Una pena, no me llamo Ángela. -Le doy un beso de buenos días-
Salgo de la cama enrollada en las sábanas.
+ No hace falta que te tapes.
- Ya. Es que hace frío.
Me abraza por detrás.
- Ten, ponte esta camisa.
Me echo la camisa sobre los hombros y la abrocho. Miro el reloj. Las 11:00.
- ¡Dios mío, tenemos que ir al trabajo!
Rápidamente busco mis cosas en la habitación, y bajo corriendo para irme.
+ ¿Donde crees que vas princesa?
Ryan estaba apoyado en la puerta principal. Llevaba unos pantalones de baloncesto. Sólo eso.
- ¿A trabajar quizá?
+ Acostarse con el jefe tiene sus preferencias.
Me acerco a él, muy despacio.
- Quiero que sepas, que no me he acostado contigo porque eres el jefe. - Le susurro a pocos centímetros de distancia-
+ Ya lo sé.
Me agarra de la espalda y me empuja hacia él. Empieza a besarme el cuello, subiendo hacia arriba, termina mordiendo mi labio inferior. Entonces, antes de besarme, me dice algo.
+ No puedo estar cerca tuya sabiendo que perteneces a otro. Eres mi perdición.
Entonces me besa. Y es ahí cuando me doy cuenta de que quizá, este empezando a enamorarme de él. Me besa con tanta pasión, y dulzura que se me eriza la piel. Paramos, y cogidos de la manos nos dirigimos a la cocina. Desayunamos tranquilamente.
- ¿No nos dirán nada sobre no ir al trabajo?
+ Tranquila. Como ya te he dicho antes, ser el jefe tiene sus preferencias. He llamado para avisar de que me tomaba el día por asuntos personales. Y nadie sabe que existes, iba a presentarte hoy.
- Perfecto entonces.
+ Quédate aquí, conmigo. Pasemos el día juntos.
Dudo un segundo.
- Por supuesto.
Pasó la tarde muy bien, tranquila. Me sentía feliz, segura, y protegida cuando estaba con él. Decidimos ver una película. Me acurruqué a su lado y la vimos. Al terminar la película me vestí. Ryan se había quedado dormido, con lo cual le escribí una nota, le di un beso en la frente y me fui.
De camino a casa le pedí a María que me encubriera. Si la llamaban, que les confirmara que había pasado la noche con ella, y que por la mañana había ido a trabajar. Media hora más tarde, llegué a casa.
+ ¿Se puede saber donde coño estabas?
Entro, dejo las llaves en su sitio correspondiente, me quito los zapatos, y le respondo.
- Primero, te relajas. Segundo, estaba trabajando, para sacar esta casa adelante, tú también deberías trabajar.
+ Perdona. Pensé que estabas con el imbécil de Ryan.
- Cuidado, es mi jefe, así que respeto.
+ ¿Porqué no viniste ayer?
- Tuve una bronca con Belén.
+ Cierto. Está arrepentida.
- Sí, arrepentida con resaca.
+ Y... ¿Dónde pasaste la noche?
- En el banco del parque no te jode... En la casa de María.
+ Vale.
- ¿Ya se ha acabado el interrogatorio?
+ ...
- Bien. Porqué tengo que ir a hablar con mi compañera de piso.
Me dirigí a la habitación de Belén y abrí bruscamente la puerta.
- Tú. Levanta.
Nada
- O te levantas o te levanto, lo que prefieras
Se levantó.
- Al baño, ya.
Entré en el baño, me metí en la ducha y comencé a ducharme.
+ ¿Que quieres?
- Respuestas. Sobre lo que me dijiste ayer.
+ Ayer dije muchas cosas, estaba borracha
- Sí, pero dicen que los borrachos tan solo dicen verdades.
+ Puede ser. ¿Que se supone que te dije?
- Me confesaste que habías sido tú la que está ayudando a Niall para encontrarme.
+ Ups. Sí, es cierto.
- No, si eso ya lo se. Lo que me pregunto es... ¿Cómo?
+ Muy simple.
- ...
+ Un día, mientras tu estabas fuera, me dispuse a buscar pistas sobre lo que te gustaba, tus gustos, tus aficiones, recuerdos... Entonces, en una caja, encontré una carta, con un valioso collar grabado dentro de esta. En esa pequeña caja, habían fotos, conversaciones, pequeños detalles, y un mini-diario donde explicaba todo lo ocurrido en ese mes, en el viaje de estudios a Alemania. Seguí buscando, ya que me pareció interesante, y encontré un número de teléfono desconocido. Llamé, y entonces descubrí que toda las locuras escritas en esa libreta, o diario, o lo que sea, eran reales. Estaba hablando con el mismísimo Harry Styles. Le conté quien era yo, y como había encontrado este número. Entonces al brillante de Harry, se le ocurrió la idea de que Niall podría volver a conquistarte. Hicimos un plan, plan que está dando sus resultados. Quedamos en llamarnos día intermedio, para ver que tal funcionaba el asunto.
- Muy bonita la historia oye. Lo que no me encaja aún es... ¿¡Porqué te pones a revolver mis trastos?!
+ Ese no es el asunto
- Sí, si lo es. Pero bueno, te perdono.
Durante la conversación, ya me había duchado dos veces, ya que no quería que quedara ningún olor, resto de Ryan y la maravillosa noche que habíamos pasado.
+ ¡Oh! ¡Bien! ¿Ves? Por eso te quiero tanto.
- Lo sé, lo sé -Quitándole importancia al asunto- Bien, sigue con la historia de "Como descubrí el pasado de película de mi compañera de piso/amiga Giovanna"
+ ¡Ah! Ya está, se acaba ahí.
- ¿Ahí? ¿Ya está?
+ Sí.
- Perfecto -Dije sarcásticamente-
Salí de la ducha, me sequé y me vestí.
- Solo tengo una condición.
+ Dispara.
- Quiero estar presente en la próxima llamada telefónica con Harry.
+ Vale
- Pero sin que él lo sepa.
Dudó.
+ Vale.



Espero que os guste, que de alguna forma os identifiqueis con ella, y que me pidais siguiente, muchisimas gracias por leer. Mucho amoooor! xx

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