viernes, 14 de septiembre de 2012

Capítulo 51.



Cuando termino de pedir el pollo, aparece Harry bajando por las escaleras con mis amigas detrás, a las que veo bastante contentas.
- Chicas. Venid un momento, tenemos que hablar.
Cuando las vi venir, venían con cara de susto, lo que les iba a decir no era nada malo. Se sentaron delante mía y me miraron
- Es sobre los muebles -les sonrío, veo como se relajan y se les dibuja una sonrisa en la cara- necesito saber exactamente todo lo que necesitamos. Y cuando vayamos a comprar los muebles, tenéis que venir conmigo. He sacado unas cuantas fotos -les extiendo el móvil para que las vean- y los precios son relativamente normales.
+ Calidad, precio.
- Exacto Belén. También he mirado electrodomésticos, y por ahora compraremos los esenciales. Objetos de la casa, sábanas, perchas, ropa, cojines, un sofá nuevo... -Mientras voy diciendo cosas, ellas van asintiendo-
+ Una televisión decente, una radio, un buen soporte de la cama, un colchón para que no sufra por las mañanas....
+ Una cafetera, el espejo de la sala de baile, la barra de estiramiento, mesas, sillas, muchos libros, estanterías, luces...
- Y por último, la máquina expendedora de yogur helado, y un Playmobil gigante. -Se ríen- ¿Qué? ¡Siempre quise uno! - Se siguieron riendo, y me uní a ellas-
+ Bueno, ya veo que tenéis que comprar muchas cosas.
+ Efectivamente Harry.
- Y tenemos que ir a comprarlo cuanto antes.
+ ¿Cuándo?
- ¿Mañana?
+ Por mí sí.
+ Pero yo tengo que ir a la universidad para confirmar que ya estoy aquí.
- Belén. Dulce, querida, ingenua, Belén. Eso ya lo he hecho yo, ¿Te crees que voy a salir de esta casa y no voy ha hacer lo más importante de todo? Nos hemos mudado aquí por ti, lo último que nos faltaba era que nos hayamos mudado para nada
+ Ay. -Me abraza- ¿Que haría yo sin ti?
- No lo sé -río-
En ese mismo instante suena el timbre, y Harry abre la puerta. Las tres nos giramos y nos reímos al ver la reacción del repartidor. Al ver que el repartidor no articula palabra, coge el ticket, mira cuanto le debe y se lo da, sin antes rebuscar en su bolsillo. Me levanto con el bolígrafo en la mano y se lo doy a Harry, el cual le firma el ticket al repartidor. Este sonríe, se da la vuelta y se marcha feliz, con un autógrafo de Harry Styles. Vamos hasta la pequeña mesa del salón y nos sentamos a comer. Comimos entre risas y anécdotas sobre como la gente reaccionaba al verlo. Cuando terminamos de comer, nos arreglamos un poco, y Harry nos alcanzó hasta el centro, donde fuimos a ver muebles, electrodomésticos, cosas para la casa, etcétera, etcétera, etcétera. Nos recorrimos todo el centro de Londres, sin ni si quiera fijarnos, que estábamos en Londres. Al final del día, cuando llegamos a casa, estábamos relativamente contentas, ya que aunque hubiéramos gastado mucho dinero en un solo día, ya teníamos la mitad de los muebles, y todos los electrodomésticos. Al día siguiente, nos traerían todo lo que habíamos pedido, ya que todo estaba en stock, con lo cual nos fuimos a dormir pronto. Mañana sería un día largo y duro.
Nos levantamos un poco doloridas, ya que los colchones eran un poco antiguos, y estaban desgastados. Nos pusimos una camisa vieja, unos leggins, nos recogimos el pelo y nos pusimos manos a a obra con la música a toda potencia. Nos llevó toda la mañana montar los muebles del salón, la cocina, y el baño, pero no era tan difícil como parecía. Mientras descansábamos un rato a la hora de comer Harry me llamó.
*Llamada telefónica*
- ¿Digamelón?
+ ¡Melón!
- ¡Manzana!
+ ¡Pera!
+¿ Estáis discutiendo sobre fruta? -Se oía a Louis por detrás-
- Dime Harry, -dije riéndome aún por el comentario de Louis-
+ Nada. Te llamaba para ver que tal estabais
- Bien, montando muebles.
+ Oh. Muebles. ¿Quieres que te ayude? ¡Soy todo un manitas!
- Vente así terminamos antes
+ Vale, en media hora estoy ahí.
- Va
*Fin de la llamada telefónica*
En cuanto terminé de hablar, Valeria se abalanzó contra mi con preguntas. '¿Quien era? ¿Era Harry? ¿Porqué te llama? ¿Que te ha dicho? ¿Va a venir? ¡Dime que va a venir!' Asentí a todo. Les comenté que vendría a ayudarnos para terminar antes, y no tardaron nada en levantarse y arreglarse. Yo no es que no quisiera ponerme guapa, pero ¿para que? Iba a montar muebles. Aun así, subí al baño me peine adecuadamente, ya que esta mañana me había recogido el pelo de cualquier forma, y volví a recogérmelo. Me hice un moño de bailarina, me puse un poco de rímmel, y salí del baño. No quería maquillarme, pero aunque no quisiera, tenía que hacerlo, por lo menos un poco, y resaltar mis ojos, ya que es lo más bonito de mí, no porque quisiera darles protagonismo, si no que, aunque solo vaya a montar muebles, posiblemente, vaya a montar muebles con uno de los chicos más guapos de Londres. Bajé las escaleras, y seguí montando el último mueble de la cocina. No e quedaba nada, así que en quince minutos lo terminé. Ahora el tema era colocarlo. Llamé a mis amigas a grito pelado desde la planta de abajo para que me ayudaran, y no tardaron en llegar. No se habían maquillado mucho, pero si se habían puesto una camiseta un poco más bonita y unos leggins más nuevos. Apenas se habían puesto maquillaje, un poco de base, rímmel, y se hicieron la raya. Tardamos diez minutos en subir el mueble, y quince en sujetarlo a la pared. Cuando ya estaban todos los muebles en su sitio, Valeria y Belén, siguieron montando y ordenando cosas en el salón, mientras, yo, me puse a colocar los cacharros, y la comida en los cajones. Empecé con las cosas más básicas, los platos, los vasos, y las tazas en los estantes superiores. La nevera, y el congelador al principio de la cómoda barra americana que teníamos como encimera, que se encontraba junto a la pared, y proporcionaba luz natural para cocinar, ya que había una ventana sobre ella.  La encimera era bastante larga, con lo cual, hacía esquina, pero era lo suficiente ancha para dicha extensión. Bajo la encimera, habían cajones, donde guardé los cubiertos, los utensilios de cocina más pequeños (cuchillos especializados, coladores, espátulas, corta huevos, más cuchillos, tijeras...) los trapos, y las recetas, junto a los condimentos. Había tres cajones más grandes, a cada lado, y el tercero junto a la nevera, donde guardé los utensilios de cocina más grandes (sartenes, básculas, batidora, freidora, ollas...) en el siguiente cajón, las bebidas, y en el último de ellos las cosas tanto dulces, como saladas (pan, magdalenas, bizcochos, galletas dulces y/o saladas...) En la encimera, estaba la pila de lavar, y la pila de secar. Había un estante, donde pusimos en microondas, y bajo el, un pequeño horno. (Al que le llamamos 'hornito') Al lado de estos, estaban los fuegos, y bajo el, el horno. En la parte de la encima que hacía esquina, estaba el lavavajillas. Tanto los estantes inferiores como los superiores, estaban ordenados, pero me sobraban dos estantes o cajones superiores, uno de ellos lo usaríamos de despensa, en dicha despensa, se guardarían las cosas en lata, o plastificadas, como las latas d pescado o el café y té. En el cajón restante guardaríamos los alimentos secos, la pasta, el arroz, el harina y demás. El timbre suena, y ya que acabo de terminar de ordenar la cocina, voy a abrir la puerta. Para mi sorpresa, tengo a dos chicos con mi lavadora y mi secadora. Les indico por donde pasar, y los llevo a la parte menos usada de la casa, donde había un cuarto, el cual habíamos decidido usar como, el cuarto de la ropa. No era muy grande, pero si lo suficiente amplio para caber tres personas y dos máquinas. Las colocaron enseguida, y me enseñaron las funciones, lo cogí todo enseguida. Todas las lavadoras son iguales, se usan de la misma forma. Los acompañé hasta la puerta, pero antes de irme, me hicieron firmar un papel, y me comentaron, que mañana regresarían con el resto de los electrodomésticos, ya que los habíamos comprado todos en el mismo local. Cuando los despedí, me acerqué a las chicas para ver que tal iba, y me alegré de que todo iba a buen ritmo, y que si seguíamos así, la planta baja, estaría a nuestro gusto definitivamente, el mes próximo.
+ ¿Que te han dicho los de la tienda?
- Nada, que mañana volvían con el resto.
+ ¿Y porqué no lo han traído todo hoy?
- Porque la lavadora y la secadora era lo más pesado. Mañana traen todo lo que falta en el camión de reparto.
+ Ah.
+ Oye, ¿Harry no iba a venir?
- Sí, bueno, alomejor no le apetecía montar muebles. Vosotras seguid así, que vais a un buen ritmo. Yo voy a llamar a unos cuantos pintores para comparar, que no podemos dejar esta casa con este blanco amarillento.
Ellas asintieron y volvieron al trabajo. Yo busqué el teléfono fijo y marqué uno de los números que tenía apuntados. Llamé a todos los pintores, y todos cobraban lo mismo, pero a decir verdad, no eran baratos, con lo que entre las tres, decidimos comprar los materiales, y pintar nosotras mismas, aunque fuera mucho tiempo, y trabajo. Pero eso nos daba igual, nos sobraba tiempo y el trabajo habría que hacerlo de alguna forma u otra. Seguimos montando muebles, y poco a poco, la planta baja cogía nuestra esencia. Una vez todos los muebles montados, y preparados para colocar, nos vestimos decentemente y fuimos a una tienda de pintura. Muchas de las muestras nos encantaron, pero todas estuvimos de acuerdo en comprar papel para el salón, ya que al verlo, nos convenció a todas. Además, combinaba perfectamente con el tono de los muebles y con la sensación que queríamos que diera. Nos llevamos ese papel, y varias pinturas, ya que a cada una nos gusto mucho una, y decidimos que ese sería el color de nuestra habitación. Mientras pagábamos nos explicaron exactamente como debíamos aplicar la pintura y como colocar el papel, nos quedó todo bastante claro, así que nos marchamos a casa. En cuanto llegamos a casa, nos cambiamos de nuevo y nos pusimos ropa vieja, cubrimos los muebles con las sábanas de la casa y nos pusimos a poner el papel. Cuando cayó la noche habíamos colocado la mitad del papel en la sala, y ya estábamos cansadas, así es que preparamos algo en nuestra bien puesta cocina, cenamos y nos fuimos a dormir a nuestras "plácidas" camas.
La mañana se alzó y tan pronto como un reflejo alcanzó mis ojos me desperté. Me levanté enseguida, iba a ser un día muy largo y duro. Bajé y desayuné correctamente y les preparé el desayuno a mis amigas, a las que llamé con insistencia. Al ver que no bajaban me puse manos a la obra y comencé con lo que el día anterior no habíamos terminado, el salón. Dos horas después, el papel ya estaba colocado y algunos de los muebles ya colocados.  Seguí moviendo muebles para colocarlos cada uno en su correspondiente lugar, sin caer en cuenta en que mis amigas aún dormían en la planta superior. El salón quedó estupendo. Dos grandes ventanas con unas cortinas muy bonitas, a cada lado de la antigua chimenea que antes se usaba. No decidimos tirarla abajo ya que encajaba perfectamente con todos los muebles y con el estilo que tanto nos gustaba, además quien sabe si alguna vez la usaríamos. Frente a la chimenea el sofá color chocolate con cojines tonos crema blanquecinos y rosados. Y entre la chimenea y el sofá una pequeña mesa de cristal. Bajo una de las ventanas colocaríamos la televisión, ya que aún no la teníamos, pero no tardaría en estar colocada. Dicha televisión estaría colocada junto al estéreo en una ancha repisa, donde en el cajón con puertas de cristal de dicha repisa se guardaban todas las películas, cintas, DVD's y CD's. Los altavoces de la televisión y radio están repartidos sobre el salón, algunos en la parte de arria de los muebles, y otros anclados a la pared. En la otra parte del salón, se encontraba la mesa de seis personas, con una capacidad de diez, y sus sillas correspondientes. Sobre la mesa había colocado un mantel que la anterior inquilina había dejado, y un jarrón con margaritas y un par de velas. La mitad de la planta baja ya estaba terminada, nos quedaba el baño y la habitación. Cuando terminé con el salón me dirigí al baño. El baño de abajo se nota que no fue casi usado, ya que ni siquiera el váter estaba estrenado. Sólo tuve que repasar un poco el lavamanos, el lavapies, y limpiar el espejo. En realidad no era un baño, era un toilette, el baño, estaba arriba. Tardé una hora en terminar el baño, pero cuando salí, es como si nadie lo hubiera usado. Cuando me dirigía a la habitación de invitados, me vi obligada a parar y beber agua, y en ese momento me di cuenta de que mis amigas estaban desayunando.
+ Vaya. Gi, ¿Has terminado tu esto?
- Sí. Aún faltan cosas, como la tele o la radio, pero creo que ha quedado bien. ¿Que os parece?
+ A quedado genial.
+ Sentimos no haber bajado antes -dijo Valeria con la boca llena de cereales-
- No pasa nada, me las he arreglado. Es más, me sorprende que no os haya despertado con el sonido de los muebles al moverse
+ Don't worry
+ Be happy -Terminó la frase Belén con un cierto ritmo-
+ Que tenemos sueño profundo.
- Yo no puedo tener nada profundo con ese colchón. Espero que lleguen hoy, o mañana, no soporto dormir en esa asquerosa cama.
Se rieron y siguieron desayunando. Yo me dirigí a la habitación de invitados. Abrí la puerta y esta chirrió al abrirse
- Nota mental: engrasar la puerta -Me dije a mi misma-
Esa habitación era bastante tétrica. Una vieja cama, una mesita de noche con dos cajones, una lámpara sobre ella, una pequeña mesa redonda, una silla y un par de enchufes. En realidad para ser una habitación de invitados no necesitaba nada más, pero debía cambiar la cama, y la lámpara. Darle un poco de color y encanto a la habitación, y un toque moderno. Saqué la mesa de la habitación y le encargué a las chicas que se encargaran de ella. Mientras, yo busqué una buena bombilla para ponérsela a la lámpara. Lo limpié todo, y reorganicé la habitación. Tardé tres horas en dejar la habitación decentemente, ya que era oscura y no recibía luz natural. Cuando salí de la habitación, dejé la puerta abierta, y busqué a mis compañeras. Tardé un rato en encontrarlas ya que la casa era bastante grande, y cuando veía algo pendiente, me lo apuntaba en la libreta que siempre llevaba encima, para que no se me olvidara. Dejé de buscarlas a los veinte minutos, cuando me relajé y me tumbé en el sofá. Esperando a que mis amigas volvieran o a que venga el chico de la tienda con mis electrodomésticos nuevos. No recuerdo quien habrá llegado primero, pero cuando me desperté tirada en el sofá, la televisión y el estéreo estaban colocados en su sitio. Subí a las escaleras para comprobar que no estaba sola, y en mi habitación encontré una nueva cama. Me alegré mucho al verla y me tiré sobre ella, para comprobar si era cómoda. En efectivo, lo era. Una vez un poco más tranquila, me senté en la cama y observé mi gran habitación. Era una de las mejores, ya que había un ventanal que cubría casi toda la pared, y esa seria una oportunidad para darle a mi habitación un toque mío que no iba a desaprovechar. Me tumbé en mi confortable cama después de una re capacitadora ducha, donde pensé como dorar mi habitación. Tendría que aprovechar el ventanal y la cama de matrimonio. En mi larga ducha pensé cada detalle, y la verdad es, que la idea de llevar a cabo la habitación que me había imaginado me emocionaba. Miré el reloj. Las cuatro y cuarto. Había dormido tres horas y media. Aún me quedaban varias horas para llevar a cabo mi misión. Decorar mi habitación. Ni siquiera había sacado la ropa de la maleta, llevaba aquí una semana, y lo único que había necesitado era ropa vieja para poder poner a nuestro gusto nuestra nueva casa. Me vestí y salí a comprar varias cosas para mi habitación. Nuevas sábanas, nuevos cojines, nueva silla, nueva lámpara, y demás. A las seis estoy devuelta en casa y me dispongo a pintar mi habitación cuando aparece Harry y me abraza. ¿Que narices...? No lo sé.
- Vale Harry, yo también te quiero, suéltame, por favor, suéltame. ¡HARRY! ¡Que me estrujas!
Me soltó pero se coloco detrás de mí, y me vendó los ojos para que no viera a donde íbamos.
- ¿Dónde vamos Harry?
+ Tu calla y anda.
Le hice caso y andé por donde me lo indicaba.
+ Escalón.
- Val... -Me tropecé y casi me voy de boca-
Si no llega a ser por Harry, ahora mismo sufriría las consecuencias del golpe. Al ver que eso de subir escaleras a ciegas era complicado, se acercó a mí, tanto, que su respiración chocaba contra mis labios. Adiviné que estábamos a varios centímetros de distancia, pero que con un suave movimiento, nuestros labios podrían rozarse. Con sus manos, acarició mi mejilla, y me hizo girar la cara suavemente, para quedar así, sus labios contra mis oídos. Se acercó más a mí, y me susurró: +Déjate llevar. Entonces, me besó la oreja, y le pegó un pequeño mordisco, haciendo que me estremeciera. Me quitó la venda, y lo tenía delante, muy cerca, más de lo que me gustaría. Volvió a quedarse a escasos milímetros de mí, pero esta vez, nuestras mejillas se rozaron, cuando se acercó a mi para volver a susurrarme.
+ Entrelaza tus manos alrededor de mi cuello.
Me mordí el labio inferior, y le hice caso. Cogió mi rostro entre sus manos, y durante un instante pensé que me besaría. Noté sus labios sobre mi mejilla, y después la oscuridad volvió, al colocarme la venda nuevamente sobre mis ojos. Entonces, mis piernas cedieron a un leve golpe, y pensé que me caería, pero noté como sonaban los escalones al ser pisados. Al estar arriba, mis piernas volvieron a tocar suelo, y mis brazos se desenlazaron. Caminé guiada por él, hasta que me ordenó que parase, que cerrase los ojos y que no los abriera hasta que el mismo me lo ordenara. Asentí, y la venda cayó la suelo. Estaba sola, Harry había desaparecido. Me quedé quieta, esperando a alguien que me avisara cuando abrir los ojos, entonces, ese alguien lo dijo.
+ Abre los ojos.
Abrí los ojos despacio, y no podía creerme lo que veía.



Espero que no os haya aburrido mucho la descripción de la casa! Y bueno, que os la imaginéis tan bonita como me la imagino yo. Ah, y si falta alguna 'E' perdón, va cuando le da la gana, y a veces no me doy cuenta.
Espero que os guste, que de alguna forma os identifiqueis con ella, y que me pidais siguiente, muchisimas gracias por leer. Mucho amoooor! xx

1 comentario:

  1. hola guapa!! perdona por no haber comentado antes pero no puede leer los capitulos porque estaba castigada :S bueno solo decirte que cada dia tu novela esta mejor y mas emocionante, que de verdad que es magica y especial y que yo soy una cursi :) bueno pues eso que ADORO tu novela y que voy a seguir leyendo y espero un nuevo capitulo besos!!!

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